No deja de tener cierta guasa el que los partidos políticos te vengan con la historia de que con el nuevo presidente se acaban las desgracias, se estabiliza la institución, borrón y cuante nueva, a por los nuevos tiempos. Y nosotros, los ciudadanos, a olvidar lo que ha ocurrido, el dinero que presuntamente se han llevado o las putadas que han podido hacer a otros empresarios, cuando han traficado con las adjudicaciones, repartiéndose los beneficios del 2 o el 4 por ciento. Da la impresión de que tienen mucha cara estos políticos.
Desde hoy la Diputación tiene nuevo presidente. José Antonio García Alcaína. Alcalde de María, uno de los pueblos más bonitos de nuestra provincia. Viajaba camino de Topares, y el paisaje de María destacaba con fuerza. Pero esa es una historia de viaje y crespillos, que algún día les contaré. Del señor Alcaína me gustaría destacar una cuestión, a la espera del trabajo que nos vaya ofreciendo en su periplo, de todos los presidentes de diputación conocidos desde que la democracia se nos hizo presente, es el primero que viene de uno de esos pueblos donde se ha vivido y se vive el despoblamiento, donde los servicios están lejos, donde los viejos, vale, mayores, se van quedando solos, y son cada día más vulnerables.
Si nos acercamos a la creación de las diputaciones uno de sus principales deberes son los pueblos, sobre todos aquellos pequeños y con escasos recursos. Está bien hacer famosa la provincia por cuestiones cinematográficas, vender sus productos y el turismo en medio mundo, pero la primera labor de la institución es la vida de estos pueblos y de sus gentes, y no solo con una orquesta en fiestas, una espectáculo de teatro, un viaje a Málaga una vez al año o cuatro euros para las asociaciones de siempre y de dudosos comportamientos. Se puede y se debe hacer mucho más por ellos y por su gente, y es lo que hay que esperar de la institución provincial. No debe olvidar el señor Alcaína, que para la mayoría de los pueblos la Junta de Sevilla está muy lejos, y al gobierno de Madrid ni se le espera. Solo les queda la esperanza de la Diputación.
Hay un dato que le avala en el trabajo político que hasta ahora ha desarrollado el hombre que hoy asume el cargo de presidente en el palacio de Navarro Rodrigo, la labor llevada a cabo en su municipio. He intentado que me cuenten algo negativo de su alcalde, de José Antonio, y todavía no lo he logrado. En María lo quieren, es la imagen que he sacado en estas primeras horas ante su nombramiento, ahora habrá que ver la que nos ofrezca desde el nuevo despacho a ocupar. Espero que no se le olvide que viene de uno de los pueblos más fríos de la provincia María, el más alejado, no sé si olvidado, pero con las carencias que presentan todos los pequeños de nuestra tierra. Espero y deseo que cumpla con ellos. Y por nuestra parte que lo podemos contar.
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