Ocho meses sin crisis, ese es el tiempo que nos queda para estar faltos de recortes, ya que se avecinan las elecciones autonómicas, con permiso de Europa. Y es que no paramos de votar (los que lo hacen). Primero las europeas, éstas que han salido regular para los grandes y genial para los sorpresivos “Podemos”. Ya queda sólo un año para las autonómicas, y se avecinan peligrosamente las generales. Seguro que los líderes de los partidos políticos andan por ahí tomando complejos vitamínicos y sometiéndose a sesiones de yoga y a cursos de comunicación corporal o logopedia para poder afrontar el gran susto que les ha dado “Podemos”. Y todos se preguntan lo mismo en los medios. ¿Puede “Podemos”?. Parece que cuestionar la vocación política y el futuro de este partido emergente ocupa el tiempo de políticos que se han removido en sus sillas y han visto peligrar sus carteras (y no me refiero a las de los ministerios).
Dicen, comentan, por la capital del reino (con perdón para quien se moleste, me refiero a la península ibérica y sus islas), que quien conoce bien a Pablo Iglesias, asegura que ese punto prepotente del que se le acusa desde la derecha, no es menos visible desde la izquierda. Dicen también que para que haga equipo le falta mucho, pero que se está dedicando con fruición a hacerlo con personas muy competentes que podrían dar un gran juego en el terreno político. El tiempo dirá.
No quiere decir esto que no sea prepotente también la actitud de todos aquellos que han sugerido, sin decirlo expresamente, que el partido que dirige el señor Iglesias no tiene futuro. A eso se le llama miedo o estupor ante la irrupción espontánea de una fuerza nueva que se teme cuando se está asentado en el poder. Es verdad que asusta cuando escuchas decir que, quien quizás en un tiempo futuro te podría quitar el trono, dice que se conforma con cobrar la cuarta parte que tú y sugiere lo mismo para el resto. Menudo bajonazo de nivel para muchos. Si cobraran tan poco, es cierto que todos los que trabajaran en política lo harían por vocación. ¿Podríamos funcionar en España sin el juego del poder que tantos entramados económicos crea o nos faltaría alguna pieza?. Yo es que ya hasta lo dudo, qué sería de nosotros sin poder hablar en los medios de prevaricación, de cuentas en Suiza, de falsos ERES o de estafas en la formación promovidas por los propios héroes sindicales. Igual nos faltaba el extraño equilibrio al que parecemos haber llegado, ése que nos hace estar cada día en la cuerda floja y en el que nos vemos reflejados cuando acudimos a los medios para informarnos cada mañana.
Emergen fuerzas de extrema izquierda y de extrema derecha en la soberana Europa, en plena crisis económica europea. Ese es el tema de debate. Nos despista ese fútbol que no sé porqué siempre se juega peligrosamente cerca de algún proceso electoral. El nacionalismo más exacerbado, el del Atlético de Madrid y el Real Madrid en la ciudad de Lisboa. ¿Quién tenía ganas de ir a votar después de ver semejante partido?.
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