El error de impedir el referendum catalán

No he encontrado el dato por ningún sitio, así que he tenido que recurrir a buscar cuantos catalanes fueron convocados a las urnas en las elecciones europeas, para así tener una referencia de a cuanto alcanza la abstención del simulacro de consulta celebrado este pasado 9N.

El dato hay que añadir que no es del todo correcto, ya que en esta convocatoria extraña el censo se infla con quienes tienen entre 16 y 18 años, por lo que obviamente eran más de 5.384.778 los catalanes que podían participar, y de ahí la afirmación de que ha sido un fracaso para el independentismo, y por tanto también para quien con tanto interés impidió la realización de un referendum legal y con garantías.

Este fracaso de todos parte de que sólo acudieron a votar menos de 2.300.000 personas, es decir, algo más del 40% de los convocados... en el mejor de los casos digamos que la mitad del censo electoral. Pues bien, de esa mitad del censo electoral, 80% sí quiere la independencia. El 80% del 50% es equivaldría al 40% del total de los convocados.

Ahora bien, hay que tener en cuenta que la convocatoria ha estado organizada y controlada no desde la independencia si no desde el independentismo, que no es lo mismo. Los voluntarios que han estado al frente del proceso eran todos partidarios de una de las opciones, todo el aparato del poder autonómico se ha volcado en una de las opciones, y aun así, sólo han logrado que vaya a votar la mitad de los catalanes.... es más, en las europeas, votó el 47%... y eso que eran europeas... (en realidad la “cuenta” da que ha votado el 42,5% aunque hayamos redondeado hasta el 50%, pero aquí queda claro que el interés que han tenido los catalanes por esta convocatoria es igual al de unas elecciones europeas).

Si el referendum se hubiera realizado con todas las garantías legales -habrá quien diga que para eso tendría que ser en toda España, reformar la Constitución... pero ese es otro tema- o sencillamente se hubiera optado por hacer una consulta no vinculante pero tutelada desde el punto de vista legal, los de entre 16 y 18 no habrían podido votar, y sí o habrían hecho los catalanes residentes en España, y además habrían votado todos los que estaban en contra de la independencia. Extrapolando el resultado actual hubiera sido más de un 60% de noes. Haber impedido esa consulta permite a los independentistas colgarse la medalla de honor de ser mayoritarios, cuando aún no es así.

Pero el error de impedir el referendum va más allá. Ahora, con esa cifra se pasearán por el mundo entero dejando claro que el 80% de los catalanes es independentista, y que España quiere callarles. Un exitazo propagandístico para los del doble sí.

Un problema más importante es el que se avecina. Habrá elecciones, da igual cuales, municipales -ya pasó en 1931- o autonómicas adelantadas. Serán plebiscitarias, ganará ERC y contará con el apoyo entre otros de CUP y de Convergencia, y con IU, y en muchos casos se sumará el PSC. Y ahora a ver cómo se para la declaración unilateral de independencia cuando la inmensa mayoría de los ayuntamientos desobedezcan al Gobierno del Estado, y las diputaciones igual... y por el mundo se vean carteles con el “80% de los catalanes quiere la independenia de España”... ¿Suspender la autonomía cuando no es el Gobierno autonómico quien desobedece a la Ley? ¿mandar al Ejército a tomar militarmente los ayuntamientos? ¿detener a miles de concejales? Y a todo esto, no lo olviden... ¡el 80% de los catalanes quieren la independencia que España les niega!

Que se han cubierto de gloria, vamos. Un pan como unas tortas.