Alejandro Amenábar, el director de películas tan increíbles como 'Mar adentro' o 'Los otros', se ha atrevido a meterse en la vida de Miguel de Cervantes. Y no, no para contarnos otra vez la historia de Don Quijote y Sancho Panza, que eso ya lo sabemos de sobra, ¡sino para contarnos la época en la que estuvo preso en Argel! Me he imaginado a mi abuela Paca, que se sabe la vida de todos los que vivieron en la calle de arriba como si fueran sus propios vecinos, diciendo: "¡Ay, mi Cervantes! ¿Pero qué le pasó?".
El caso es que el bueno de Amenábar ha explorado una hipótesis que me ha parecido superinteresante: la posible homosexualidad de Cervantes. ¡Ole por él! En la película, 'El cautivo', nos muestra la relación que tuvo el autor del Quijote con un tal "Aziz". No sé, me ha hecho gracia porque me ha recordado a mi primo José, que de pequeño no se separaba de su mejor amigo Manolo, y de mayores son como el sol y la luna, pero se quieren un montón.
Y es que, como ha dicho el propio director, "las películas hay que hacerlas sin miedo". ¡Y qué razón tiene! Porque la vida, como el cine, es para vivirla sin miedo. Y me ha parecido una idea genial la de Amenábar de coger un personaje tan conocido y darle una vuelta de tuerca. Al final, lo que le ha pasado a Cervantes en la película es que ha tenido que reinventarse. Como hacemos todos, ¿verdad? Y, ¿qué mejor sitio para reinventarse que en Almería?
Porque, al final, esta historia de Amenábar nos enseña que todos, incluso los genios de la literatura, somos personas. Con nuestros miedos, con nuestros amores, con nuestras dudas... Y que el arte es un reflejo de todo eso.
Así que, desde aquí, un aplauso enorme para Alejandro Amenábar. Y un mensaje para él: si algún día quieres filmar una peli en la playa de Los Muertos, aquí estoy para lo que necesites.
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