Aunque con este solazo de septiembre parece que el verano no quiere irse, yo ya estoy pensando en las mañanas más frescas y en cómo nos vamos a enfundar el chándal para ir a por el pan en cuanto caigan las primeras lluvias. Y hablando de cosas que cambian con las estaciones, hoy me he topado con una noticia que me ha dejado con la boca abierta, y no de la risa. ¡Y es que esto sí que es un giro de guion de los que te dejan tieso!
Resulta que, por lo que cuentan en las noticias, los Países Bajos han pegado un portazo a la UER (que viene siendo la Unión Europea de Radiodifusión, o la que se encarga de organizar el Festival de Eurovisión) y han dicho que no van a participar en el festival del año que viene si Israel sigue entre los concursantes. ¡Casi nada! Y no son los únicos, que se han unido a la fiesta otros países como Islandia, Eslovenia e Irlanda. Vamos, que se están montando un "no vamos" en toda regla, y todo por el "continuo y grave sufrimiento humano en Gaza", como han dicho los neerlandeses.
Y yo me pregunto: ¿es esto de verdad una muestra de solidaridad o solo un gesto para salir bien en la foto? Porque, a ver, mi abuela, la que siempre me dice que hay que barrer la puerta de casa antes de mirar la del vecino, me lo ha dicho mil veces: “Elisa, a veces la gente se arrima al árbol que más sombra da, y otras veces se queda mirando como si la cosa no fuera con ellos”. Y yo no puedo evitar pensar que esto de Países Bajos y compañía huele un poco a eso. Porque, ¿dónde estaban antes? ¿Por qué se esperan al último momento? Es un poco como cuando en el chiringuito La Tita Lola, mi primo Pepe, el que siempre va a la suya, se espera a que se acabe la tortilla para pedir un trozo, y cuando no queda, se queja de que no le han guardado.
Vamos a ver, que me parece genial que se solidaricen, pero un poco tarde, ¿no? Si de verdad querían hacer algo, ¿por qué no lo hicieron cuando empezó todo? Y, sobre todo, ¿por qué tiene que ser Eurovisión la excusa para alzar la voz? Si de verdad quieren ayudar, hay mil maneras de hacerlo que no sean boicoteando un festival de música, ¿no creéis? Que, al final, la música no tiene la culpa de nada. Es como si yo me enfadara con mi padre porque no me deja coger el coche para ir a la playa, y en vez de hablar con él, me negara a ir al cine en familia. ¡No tiene sentido!
En fin, que a mí todo esto me parece un poco de postureo, para qué nos vamos a engañar. Me da la sensación de que es más un "ahora que ya lo han hecho otros, me uno yo también para que me vean" que una verdadera muestra de solidaridad. Pero, bueno, ojalá me equivoque y de verdad sirva para algo, aunque no sé yo... A mí, la verdad, me da pena, porque Eurovisión siempre ha sido un festival de fiesta, de música, de banderas de todos los colores y de bailar hasta que se nos caigan los pies, como hacemos mi amiga Lola y yo en las verbenas del barrio de Pescadería. Un festival de unión, que no de división. Y eso es lo que más me duele.
¿Es un gesto sincero o un simple "nos apuntamos a la moda"?