El sector agrario de la provincia de Almería ha manifestado su profunda preocupación tras la reciente ratificación en el Parlamento Europeo de un cambio crucial en el acuerdo agrícola con Marruecos. Esta modificación afecta directamente al etiquetado de los productos procedentes del Sáhara Occidental y, según las organizaciones agrarias, supone una amenaza real y directa para la competitividad de los cultivos almerienses.
La alarma ha sido trasladada por Andrés Góngora, secretario provincial de COAG en Almería, durante una entrevista en el programa El Debate de 7TV Almería, que se emite cada viernes a las 21:00 horas. Góngora explicó el complejo proceso que ha llevado a esta situación, que, en su opinión, prioriza los intereses de Marruecos sobre la defensa de la producción comunitaria.
El representante agrario detalla que, desde hace años, la Unión Europea mantiene un acuerdo en materia agrícola con Marruecos que establece protocolos para la importación de fruta y hortaliza con eliminación de barreras arancelarias, permitiendo así su entrada sin carga. Sin embargo, este acuerdo estaba inicialmente vinculado solo al territorio marroquí, excluyendo el Sáhara Occidental. Esta exclusión fue ratificada por una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea, que hace poco más de un año, declaró que el acuerdo no era válido para el territorio saharaui y exigía el etiquetado de esos productos con su país de origen, Sáhara Occidental. Góngora recuerda que Marruecos había dejado claro desde el primer momento que "nunca iba a aceptar una etiqueta en Europa que pusiera país de origen Sáhara Occidental".
Ante esta sentencia, la Comisión Europea optó por negociar con Marruecos una modificación del acuerdo para incluir el territorio en disputa, lo cual se ha traducido en una votación clave en el Parlamento Europeo. La reciente ratificación supone, en palabras del secretario de COAG, la aprobación de una modificación de la ley de frutas y hortalizas que permite una excepción en el etiquetado.
Esta excepción consiste en que los productos originarios del Sáhara se van a etiquetar no como país, sino como "región". Esta región se subdivide en Aaiún y Dajla, permitiendo que la referencia a Marruecos se indique con las siglas (MA) entre paréntesis. Góngora subraya que esta modificación de la legislación europea por "exigencias de Marruecos" es un tema "extremadamente grave".
El cambio en la normativa, más allá de la connotación política, tiene un efecto directo en la competencia con Almería, ya que otorga "garantía jurídica" a los inversores. Góngora explica que, tras la primera sentencia judicial que declaró no válido el acuerdo para el Sáhara, muchos inversores con proyectos de explotaciones agrícolas, "sobre todo en Dajla, en el Sáhara, que cuando salió la sentencia las pararon" por falta de seguridad jurídica. Ahora, esta votación "le ha vuelto a dar la confianza jurídica a esos inversores".
Esta luz verde impulsa el desarrollo de la agricultura en el Sáhara como un "elemento colonizador" por parte de Marruecos. El Gobierno marroquí ha anunciado que espera alcanzar las 5.000 hectáreas de invernadero en un plazo de cinco años. Góngora detalla que tienen contabilizadas alrededor de 800 hectáreas en la actualidad y que este impulso inversor crea una "competencia directa" para Almería.
El representante de COAG en Almería advierte que las explotaciones agrícolas que se están instalando no emplean a población saharaui, sino que es población marroquí que se desplaza para "ocupar ese territorio". Por ello, el sector teme que este desarrollo suponga un "lastre" para la producción almeriense. Góngora reconoce que la agricultura de la provincia es "muy competitiva" y se está "reinventando" en variedades de tomate, ampliando la gama para evitar el choque directo. No obstante, asume que esta situación "va a ser más competencia, más competencia, más tensión" y que, aunque no cree que vaya a ser "la puntilla", sí que "algunos agricultores no van a poder aguantar económicamente".
La prueba de la competencia desleal ya es palpable: en mercados como el de Perpiñán, el tomate marroquí está entrando a precios que rondan los 60 céntimos, cuando el coste de producción en Almería se acerca al euro por kilo.
Góngora lamenta que en la votación crucial se perdiera el pulso por un solo voto y critica la posición del Estado español, que, según él, no ha compartido la posición del sector agrario en Europa, un hecho que se convierte en un "freno" a su lobby en Bruselas. También destaca que, a pesar de que el problema ya no se considera solo español, la Comisión Europea probablemente consulta a España y a Francia antes de negociar con Marruecos, por los "intereses entrelazados directamente".
A pesar de la derrota en la primera votación, COAG y otras organizaciones agrarias van a seguir trabajando en las dos votaciones que quedan. Asimismo, están planteando, con el respaldo de sus servicios jurídicos que ven "capacidad jurídica", volver a interponer una demanda contra el acuerdo y la Comisión una vez que finalice todo el proceso.
Góngora cerró su intervención con un "llamamiento" al consumidor, insistiendo en la importancia de fijarse en el etiquetado y de ser consciente de las connotaciones políticas que hay detrás de las compras. "Ese gesto de la cesta de la compra, ese gesto de comprar, para nosotros es importante", asegura, e insta a la ciudadanía a "comprar productos de aquí, productos de Almería" y a conocer "qué hay detrás" cuando se compra un producto de fuera.
Agenda
Si (
No(
