Cerca de un millar de vecinos del municipio de Berja, en la provincia de Almería, se han congregado en la Plaza de la Constitución para realizar un llamamiento de justicia por Antonio Campos, el historiador y funcionario del Ayuntamiento de El Ejido, de 54 años, que fue asesinado el pasado fin de semana en El Ejido. La movilización, que contó con la presencia del alcalde, José Carlos Lupión, la corporación municipal y los familiares del fallecido, se convirtió en una multitudinaria muestra de dolor y repulsa por los hechos.
El regidor virgitano, acompañado por la familia de la víctima, solicitó que se esclarezca el "atroz crimen" y que se imponga un castigo "ejemplar y ejemplarizante" a los responsables, defendiendo que Antonio Campos ha dejado un "vacío enorme". El alcalde recordó el papel del fallecido, destacando que "ha llevado su nombre por bandera, su buenhacer como historiador, editor de libros, fomentando el turismo", y manifestó que "en cada rincón de nuestro pueblo está su presencia", dejando una huella "imborrable". Lupión subrayó la oposición del municipio a todo tipo de violencia, señalando que "nadie tiene derecho a quitarle la vida a nadie" y trasladó el apoyo de los virgitanos a la familia ante el "vacío irreparable" que se produce.
Desde la familia, quienes intervinieron tras el alcalde, se pidió "la mayor pena" para el culpable y se exigió "justicia" ante un crimen que ha generado un inmenso dolor en su círculo social y de amistades. La hermana de Antonio, Isabel María Campos, rota de dolor, agradeció las muestras de apoyo y resaltó la bondad del historiador, afirmando que "nunca le ha hecho daño a nadie". Su cuñada, Encarnación, también expresó públicamente el sentir familiar pidiendo la máxima pena posible: "Antonio no se merecía este final". Los familiares hicieron hincapié en la necesidad de que se investigue "hasta el fondo" para que el culpable "pague por lo que ha hecho" y no exista "ni un resquicio de impunidad".
En la concentración pacífica, que tuvo lugar junto a la parroquia de la Anunciación, se sumó el párroco de Berja, quien se unió a las palabras del alcalde, destacando el gran valor que deja la partida de Antonio en el corazón del municipio y en la parroquia, y señalando que su vacío es "irreparable".
El entorno de Antonio Campos ha querido también salir al paso de especulaciones y bulos que han circulado, recalcando de manera clara que no existe ninguna relación entre el fallecido y el único detenido por los hechos, un varón de 23 años que se negó a declarar, aunque reconoció ante la Guardia Civil su implicación. La familia solicitó respeto y que solo se publiquen datos provenientes de ellos o de fuentes oficiales, no "especulaciones" o "cosas que no son verdad".
Quienes lo conocieron lo definen como un hombre bondadoso, discreto y muy presente en la vida cultural y religiosa de Berja y su comarca, con amistades en Dalías, Motril y Granada. El eje de su vida era el cuidado de su madre de 96 años, con quien convivía y a quien cuidaba a diario, siendo su apoyo constante. La familia explicó que, si bien la madre sabe del fallecimiento, se evita que se entere de la magnitud de lo ocurrido para protegerla. Antonio era un hombre "responsable, meticuloso, muy organizado", y su pérdida ha generado muestras de apoyo de personas desplazadas desde diversas localidades de Andalucía, incluyendo Córdoba y Sevilla. Los familiares pidieron que, más allá del horror de lo ocurrido, la sociedad recuerde a Antonio Campos como un "hombre bueno, entregado a su madre y a su pueblo, respetado y querido por todos los que lo conocieron", y que sea recordado por su vida, no por su muerte. La concentración finalizó con un minuto de silencio, que fue roto posteriormente por un aplauso de los asistentes.
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