Algunas informaciones apuntan a las labores de una brigada municipal como origen del incendio en Castellón y Teruel. Al parecer, las chispas desprendidas de una desbrozadora pudieron desencadenar esta desgracia, que aún prosigue su avance a pesar del incesante trabajo para controlar este pavoroso incendio.
Aunque los indicios apuntan hacia una causa accidental, ya aparece el recurso del cambio climático como el origen de todos los males. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha visitado el puesto avanzado para exhibir el mantra climático y las bondades de la Agenda 20-30. El mantra climático se ha convertido en el argumento de la nueva secta “progresista”, que sirve para desviar los desvaríos de un gobierno errático y ruinoso hacia las inclemencias climáticas y nuestros hábitos ecologicidas.
Nosotros somos los culpables, especialmente si no profesamos la fe progresista, ecologeta y socialcomunista. Nos dicen que no sabemos comer; que no sabemos cuidar a los animales; que no sabemos mantener relaciones sexuales; que no sabemos educar a nuestros hijos… que no sabemos hacer nada si no es de la mano y el dictado de estos iluminados. Para este muladar intelectual y albañal de toda maldad, nosotros somos el virus planetario que asola el territorio, contamina los aires y osa criticar, con desprecio, a los que se consideran llamados a instaurar el nuevo orden mundial.
Realmente son dignos de estudio. Son de lo más hipócritas y descarados que jamás hubiésemos podido imaginar. Pedro Sánchez acaba de nombrar dos ministros allá donde hubo dos ministras; aquí no hay impostura de género. El gobierno hace lo que le sale de las narices, pero tú, en tu empresa, tienes que hacer lo que te manda el gobierno.
El gobierno felicita el Ramadán, y su presidente asiste y lo comparte, pero felicita la “fiesta del equinoccio” evitando mencionar la Semana Santa, la Navidad y otras fiestas religiosas si son católicas. Estos exsimios gobernantes cambian el almanaque y el santoral por equinoccios, solsticios, eclipses… y hasta un nublao. Pero si aparece en escena una pastora evangelista sudamericana en un acto del PP hay que ridiculizarla y denostarla como si de una bruja del Medievo se tratase. Si esto ocurriese a la inversa, no faltarían todo tipo de improperios aderezados con argumentos misóginos y xenófobos.
Estamos en puertas de la Semana Santa -la última antes de las elecciones-, y esto nos deparará todo tipo de acelerados espectáculos protagonizados por esta caterva de auténticos fariseos.