Esa fontanera de la que usted me habla

Hay ruedas de prensa que sirven para aclarar dudas y otras que simplemente las multiplican como panes y peces. La que protagonizó Leire Díez —ya inevitablemente conocida como “la fontanera del PSOE”— pertenece, sin duda, al segundo grupo. Si el objetivo era convencer al respetable de que lo suyo era una misión periodística noble y no una operación de fontanería política al estilo House of Cards, lo cierto es que la puesta en escena salió con más fugas que la cañería del Titanic (imaginen la icónica escena con Pedro Sánchez y Begoña Gómez en la proa...).

Todo empezó, o más bien estalló, tras una reunión en la sede del PSOE en Ferraz, en la cual Leyre anunció su renuncia "temporal y voluntaria" a la militancia. A partir de ahí, en vez de aclarar su situación, cada frase suya fue generando nuevas preguntas. Y no solo por lo que dijo, sino por lo que contradijo, lo que omitió, y lo que ni siquiera pareció tener muy claro.

Vamos por partes. Días antes, desde el PSOE se desmentía con firmeza que los vídeos y audios filtrados —donde se escuchaban conversaciones más que turbias sobre supuestas operaciones contra mandos de la UCO— tuvieran algo de cierto... no daban credibilidad al contenido y cuestionaban la grabación por ilegal. Todo era, según Ferraz, parte de una campaña de bulos. Pero, ay, bastó con que Leyre colgara el carné para que la versión diera un volantazo copernicano: bulos, sí, pero... ¡La culpa es del PP, por supuesto! De lo que antes era mentira, ahora parece que hay algo de verdad, y ahora sí es correcto usar un video obtenido ilegalmente. Manual básico del escapismo político.

Pero lo mejor (o lo peor, según se mire) vino con la historia del supuesto libro. Leire afirma que todo lo que ha estado haciendo —esas conversaciones con empresarios imputados, esos vídeos que terminan en medios, esa recopilación de datos contra quienes investigan casos que salpican al hermano del presidente, a su esposa, a Ábalos o a Koldo— es parte de una investigación periodística para escribir un libro. Un libro, dice ella, que todavía no ha empezado a escribir después de seis años. Y que, además, no sabemos si es libro o serie, porque su amiguito empresario Javier Pérez Dolset (el que la defendió en la rueda de prensa cuando apareció Víctor de Aldama) declaró el día anterior que era una serie de televisión lo que estaban preparando. ¿Libro? ¿Serie? ¿Libro que se convierte en serie? ¿Docudrama? ¿Miniserie de Netflix?

Ella dice tener un precontrato con una editorial. Él habla de reuniones con productoras. Ella dice que investiga para escribir, pero en vez de ponerse a teclear, va ofreciendo documentación y vídeos a otros medios para que publiquen información delicada antes incluso de que su magna obra vea la luz. Es la primera vez que un autor destripa su libro, no ya antes de publicarlo, sino incluso antes de haberlo escrito.

Y lo más glorioso: para defender que su investigación no tiene nada que ver con el PSOE, va y entrega un pendrive con toda esa información al secretario de Organización del partido, Santos Cerdán (¿cuantas veces se ha reunido con él? ¿una, una y media, como reconoció... tres o cuatro como afirmó su amigo Dolset?). Porque claro, nada dice “yo no trabajo para el partido” como pasarle pruebas de posibles escándalos al número dos del mismo.

Pero lo que terminó por rematar la tragicomedia fue la propia rueda de prensa. Periodista titulada —aunque inédita en publicaciones— Leire decide dar la cara ante los medios… sin aceptar preguntas. ¿Miedo escénico? ¿Precaución legal? ¿Pánico cuando Aldama apareció entre el público? No lo sabemos. Lo cierto es que después se fue a un plató de televisión y estuvo tres horas respondiendo a todo tipo de preguntas... y lo que te rondaré, porque asegura que tiene un par de semanas con entrevistas acordadas.

En fin, que el caso Leire ha dejado de ser un simple escándalo interno para convertirse en una historia digna de guion. ¿De libro? ¿De serie? Ya veremos. De momento, lo único claro es que su versión no se sostiene ni con masilla. Y que el PSOE, ahora recurre al clásico “esa fontanera de la que usted me habla” (Óscar Puente y sus tuit), como si con ese eufemismo pudieran dejar atrás el charco. Pero ya es tarde: están todos salpicados.