Este hombre ha venido sin ideas, sólo a desmontar al gobierno de su país. Son palabras de la presidenta de Europa, miembro del PP europeo. Se ve que todavía “Spain is Different”. Líbrenos quien pueda de defender al PSOE, pero la verdad sólo tiene un camino, beneficie a quien beneficie o a quien perjudique, pues siempre será mérito o culpa suya. Más que está Feijoo nervioso de tanto seguir a Ayuso, su maestra y directora de función, también Moreno quiere ser bueno a sus ojos, los de los andaluces le traen sin cuidado, en espera de que le den un silloncito, aunque sea una sillita baja en Madrid. Feijoo está muy nervioso. Habla de mafia y de arbitrariedad sin mirar ni de reojo su “obra” en Galicia. Ni la de Aznar o Rajoy de quienes fue íntimo colaborador en sus momentos “cumbre”, como la destrucción de Irak o la Ley Mordaza. Pide ”dar la cara” mientras arropan y esconden a su amigo Mazón. Nunca un mosqueo ha sido tan duradero. En este caso el de no haber conseguido el sillón de presidente para poder continuar con su arbitrariedad, con el apoyo a sus dudosos amigos, con el favoritismo a la especulación. Ambos se desviven por esquivar en lo posible el mordisco de Isabel, para evitar seguir el camino de Casado, defenestrado por la más “poderosa”. A quien sólo les falta pedir permiso para ir al baño.
Al PP le basta denunciar directamente o a través de alguno de sus chiringuitos, sin pruebas, porque no las tienen, todo lo más con recortes de prensa con declaraciones de los propios denunciantes y sus afectos, para a continuación exigir la dimisión del o los denunciados o denunciadas, como si su denuncia fuera una sentencia. Pero no actúan igual, al contrario, cuando las denuncias y las pruebas les afectan a ellos, entonces, aunque el dinero “B” les salga por los bolsillos intentan desacreditar a los jueces y hasta al Constitucional si la sentencia no es a su favor. No esperan a conocer la necesaria investigación, cuando, a pesar de la recomendación del Supremo, algún Juzgado les admite una denuncia sin documentar, sin embargo, también sin esperar a la investigación, exculpan ya a Mazón con todos los indicadores en contra. Así quieren hacer triunfar su mala fe por encima de la limpieza sólo exigida a los demás tan cínicamente. Convocar manifestaciones como arma electoral no es un procedimiento honroso para un aspirante a presidir, es enmierdar, eso sí, para crear dudas en la mayoría desgraciadamente silenciosa, así ellos pueden ser más licenciosos, pues se creen con derecho a todas las licencias. Denuncian, el partido y sus patrocinados; que aunque no se gane, de algo sirve, pues en mucha gente siempre quedará la duda y habrá quien reclame siguiendo su estela.
Pinocho Feijóo tiene prisa, mucha, en pedir elecciones anticipadas, consciente de que cada mes de avance supone mayor pérdida de seguidores. Es el miedo a perder otra vez el sillón tan deseado para continuar con los favores a sus amigos: la vivienda ha subido más de un 12% en tres meses y sigue, pero el PP se niega a facilitar viviendas a las familias, en su lugar reclama una subvención para que los propietarios no vayan a ganar un poco menos. Y para que ganen mucho más, porque ya se ha visto y ellos lo saben, que las subvenciones al final, son beneficio para los propietarios y las inmobiliarias, quienes suben el precio y lo anuncian con la subvención ya aplicada para engañar vilmente a los arrendatarios o compradores haciéndoles creer en la bajada de precios “gracias a ellos”. De esa manera benefician a fondos buitre, promotoras, inmobiliarias y grandes constructoras y de camino a dueños con la moral excesivamente elástica, que también buscan aprovechar la oportunidad. Es normal, por algo entre sus filas se encuentran muchos de los mayores tenedores y les dolería muchísimo que pudieran ganar un poco menos si se regularan precios y se confiscaran las viviendas vacías, algo ya llevado a cabo en lugares “tan comunistas” como Berlín o Nueva York, entre otros, con las que bastaría para acabar con el problema creado precisamente por usura y avaricia. Como su objeto no es resolver el problema, sino favorecer la especulación, precisamente disfrazan su intención con la petición de subvenciones, una forma también de convencer a las grandes multinacionales para que continúen ayudándoles a sufragar sus campañas electorales. Hablan de los pequeños propietarios, en brutal disimulo, pues aunque también se beneficien, el beneficio buscado es el otro, el grande. El particular podrá aprovecharse, pero no es él el objetivo.
Prefieren que sólo los especuladores, quienes no las necesitan, puedan comprar viviendas para continuar provocando subidas, aunque se queden vacías, antes que resolver la carencia a las familias.