Una respuesta serena y firme al terror
Por
Luis Rogelio Rodríguez
domingo 11 de enero de 2015, 18:11h
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Como Alcalde de Almería, he trasladado a la Embajada Francesa en Madrid un mensaje de afecto y solidaridad en nombre de todos los almerienses, traduciendo de este modo el estupor y el rechazo que sentimos todas las personas civilizadas ante cualquier ataque a un bien tan absoluto como la vida y la libertad de expresión. Creo que era un gesto no ya necesario desde el punto de vista institucional o protocolario, sino que surgió casi de modo espontáneo a medida que se iban conociendo detalles de la ofensiva integrista en el país vecino. En este sentido, creo que es apropiado el recuerdo en este momento al filósofo francés Voltaire, una de las figuras claves en la Ilustración, un período de la historia europea que enfatizó el poder de la razón humana, de la ciencia y la tolerancia. Este autor acuñó una frase que siempre he tenido presente en mi forma de entender la vida: “Estoy en desacuerdo con tus ideas, pero daría gustoso mi vida por defender tu derecho a expresarlas.” Creo que no es necesario insistir en la vigencia y en la actualidad de esta cita. No obstante, creo que debemos aprovechar estos tristes sucesos para reforzar -aún más si cabe- nuestro convencimiento en la necesaria defensa de los rasgos fundamentales de las sociedades abiertas, democráticas y libres, frente a cualquier forma de autoritarismo, intransigencia o fundamentalismo. Con esto no estamos respaldando necesariamente una opinión concreta o un planteamiento editorial, sino la inamovible libertad de que ese pensamiento o esa opinión puedan ser difundidas sin cortapisas y sin más consecuencias que las que eventualmente puedan determinar las leyes. Los asesinos de la libertad, de la palabra y de la imagen no pueden ni merecen encontrar en nosotros más que el más firme de los rechazos y la clara determinación de no permitir jamás que nada, ni nadie, venga a imponernos un modo de entender la vida que se aleja de raíz de lo que los países del ámbito occidental hemos conseguido después de muchos siglos de civilización en un camino marcado tanto por errores como por aciertos.
Almería, provincia en donde la convivencia y la relación entre personas de diferentes razas y religiones es un hecho cotidiano, debe ser especialmente vigilante en el mantenimiento de un respeto mutuo que, sin interferir aspectos privados e íntimos de cada persona, mantenga como premisa común el respeto a los derechos humanos, a las leyes vigentes y a la búsqueda de las mejores condiciones de vida para todos. Más allá de eso, cualquier intento de hacer prevaler la barbarie y el terror no debe encontrar otra cosa que no sea una respuesta conjunta, global, serena y firme ante esta amenaza. Nunca nadie ha podido acallar la voz y la palabra de los hombres libres. Esta vez tampoco lo conseguirán.
Alcalde de Almería y senador por el PP
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