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España incapaz de controlar el estrecho de Gibraltar

domingo 14 de agosto de 2016, 11:57h

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El reciente nuevo incidente con el submarino nuclear británico HMS Ambush, que colisionó con un mercante cuando emergía en aguas del estrecho, ha destapado la grave falta de medios por parte de las fuerzas armadas españolas para controlar el tráfico submarino, en la más que importante puerta del Mediterráneo el estrecho de Gibraltar.
La actual situación de extrema gravedad de falta de medios para el control anti-submarino, denominada ASW (siglas de Anti-submarine warfare) por parte de la Armada Española y de la Fuerza Aérea Española es clamorosa y más que preocupante. La retirada por parte de la Armada de los medios de detección submarina de popa en las ya viejas serie F-80 de fabricación en astilleros nacionales, del mismo modelo de la US NAVY USS Oliver Hazard Perry, con lo que solo cuentan con los sonares de casco ha sido un error.
Nada se mejora con las todo poderosa serie F-100 dotadas del sistema AEGIS, el mejor del mundo en estos momentos para la defensa aérea y antimisiles, pero sin potentes medios ASW, al margen del sonar de casco y el omnimpresente sistema basado en los helicopteros SH-60B Block I Core B LAMPS III - 10ª Escuadrilla Aeronaves, que solo cuenta con un escuálido numero de 12 unidades.
Otro aspecto importante de la guerra submarino son los propios submarinos. En este campo el aspecto de la actual flotilla de submarinos es catastrófico. Se ha pasado de 8 unidades hace unos años , a apenas mantener tres en servicio, y con demasiados años sobre su estructura. Se puso en marcha el programa S-80 para dotar a la Armada de un sistema de última generación de diseño y fabricación nacional, pero ha sido un verdadero fiasco, ya que hubo que suspender el proceso en vista de que el barco “no flotaba” de forma literal. Hubo que recurrir a los EEUU para que ayudaran para rediseñar el submarino. A pesar de que, parece que se ha solucionado el problema, el coste se ha disparado, y aún no hay fecha concreta para tenerlos en servicio al menos en los próximos años. Desolador.
La Fuerza Aérea por su parte no anda en mejor situación. Encargada, no se sabe el porque opera este arma en vez de la propia Armada, ha ido perdiendo peso en unidades y en capacidades hasta llegar al mínimo sobre mínimos insoportables, no para un hipotético conflicto, sino para el mínimo control operativo de nuestras aguas.
En la actualidad el sistema lo opera el Grupo 22 que en la actualidad, la flota está compuesta por 1 avión P-3 del modelo "Alfa" (P-3A), 1 del modelo "Bravo" (P-3B) y 3 aviones P-3M (la letra M proviene de "modernizados"), cuya recepción se produjo en mayo de 2007. Esta modernización ha mejorado notablemente sus capacidades. Detalle de la grave situación es que alguno de estos aviones llegaron a España allá por 1973, lo que hace que superen los 40 años de servicio.
A resaltar que todo ello raya lo obsoleto, solo mantenido por la increíble capacidad y profesional de las mujeres y hombres que integran las unidades de la Armada y de la Fuerza Aérea, que se juegan la vida a diario, no ya en acciones de combate, sino en el ejercicio de valor infinito de operar estos sistemas cargados de años, en el caso de aviones y helos de primera generación que ya deberían estar visitados y admirados en los museos.
Con estos mimbres imposible hacer canasto alguno. La responsabilidad española dentro de la OTAN, entre otras, es garantizar el libre tráfico marítimo del eje Baleares-Estrecho-Canarias. La actuales capacidades de las FFAA españolas lo hacen imposible. Con la triste realidad de un solo submarino cargado de achaques operando la zona, un reducido número de helicópteros y un par de aviones, la realidad es que la actual capacidad ASW es inexistente.
Por ello volvemos al incidente en aguas del Gibraltar del submarino nuclear británico HMS Ambush, del que nada supo ni detecto la Armada, a pesar de estar en las mismas playa de Sotogrande (Cádiz) hasta que se dio de bruces con un carguero y se vio obligado a emerger ante la atónita mirada de todos.
La capacidad española es nula en estos momentos. Las “maniobra de la flota submarina de la Royal Navy en la zona de estrecho es continua. En estos momentos continúan las mismas con la reciente llegada de más helicópteros británicos al Peñón que no dejan de hacer ejercicios con absoluta libertad. No es de extrañar que haya más submarinos nucleares de la Royal Navy, de la US Navy, Rusos, Chinos y del que quiera tenerlos por aquí ante la ceguera de nuestra Armada.
La OTAN ya ha criticado el escaso porcentaje del PIB que España dedica a defensa (la OTAN obliga a sus miembros un mínimo del 2%) y que en la actualidad queda muy por debajo del mismo, lo que imposibilita las inversiones necesarias para mantener las capacidades y responsabilidades de nuestras Fuerzas Armadas.
Para complicar las cosas, España tienen prohibido el estacionamiento de submarinos nucleares en las bases españolas, lo que obliga a los submarinos OTAN recalar en la base de la RN en Gibraltar. Esto hace que la posición de fuerza de Gran Bretaña sobre la colonia sea cada día más importante para la seguridad de estrecho. Mientras España no sea capaz de garantizar la seguridad des estrecho, Gibraltar estará bajo con control británico con el consentimiento de USA. No hay otra alternativa.
El incremento de la actividad terrorista del ISIS y otros hace más importante asegurar la seguridad del único paso de fuerzas hacia el Mediterráneo, en unos momentos más que complicados desde el Golpe de Estado del Presiente de Turquía y su giro hacia la órbita soviética en detrimento de la OTAN de que era miembro más que importante y mimado. España debería estar siendo y cumpliendo con sus responsabilidades en el estrecho en estos momentos, y descargar de dicha tarea a fuerzas que debieran estar en la zona de conflicto y no realizando las tareas asignadas a las Fuerza españolas. No lo hace por la falta de medios y de un Gobierno en funciones incapaz de tomar decisiones de calado.
Todo ello conlleva a la pérdida de peso y credibilidad de España en el ámbito internacional, y a reforzar la importancia de mantener Gibraltar bajo control británico, como único modo de garantizar la zona.