Brechas en el Partido Popular

En política, existe el convencimiento generalizado de que la división interna en los Partidos es castigada severamente por los ciudadanos en el momento supremo de la Democracia, que son las votaciones.
Pues bien, analizado desde fuera, pareciera que en el P.P están apareciendo brechas, cuya profundidad es difícil valorar en estos momentos.
La designación, que no elección, por parte del Sr. Rajoy del que va a ser Presidente del Partido Popular de Andalucía tras su próximo Congreso, es una de esas brechas. No venía habiendo unanimidad sobre qué persona podía ser la más idónea para ese puesto, debido fundamentalmente a diferencias personales e incluso territoriales en las cúpulas. Ello ha tenido como consecuencia un retraso evidente en esa elección que, quizás, pueda ser trascendente en el futuro.
Como no podía ser de otro modo, el cierre de filas en torno al designado tiene como objetivo la escenificación última de un acuerdo que, sin satisfacer a todos, sirva para tranquilizar al personal, puesto que, hasta este momento, la gran mayoría estaba convencida de que el elegido iba a ser el Sr. Sanz, todavía Secretario General Andaluz, que, además, parecía tener las bendiciones de una parte importante de la cúpula del P.P, aunque, se ha visto, de menor peso especifico.
El método novedoso de una posible elección entre varios candidatos, que alguno habíamos celebrado, en el seno de un Congreso, se ha ido al traste por el “dedocrático” modo decidido por la Dirección Nacional.
En estas condiciones, era imposible que hubiera otro, u otros, candidatos posibles que estaban en la mente de todos, puesto que les condenaba irremediablemente a perder y con consecuencias futuras, no deseables, por enfrentarse al “aparato”. Experiencias sobradas hay, al efecto, en todos los Partidos.
El tiempo dirá como ha salido el experimento, pero se ha perdido una magnifica oportunidad para haber comprobado la democracia interna de los Partidos, tal y como impone nuestra Constitución. De nada vale decir que otros hacen lo mismo.
Pero hay más brechas. El debate interno en el P.P a propósito del Anteproyecto de la nueva Ley del aborto, parece indicar una importante división, algo sorprendente por otra parte, independientemente de la apelación a la libertad de conciencia, esgrimido por alguno/a, toda vez que la existencia, todavía, de listas cerradas en las elecciones suponen una disciplina que, además, viene impuesta por la aceptación de los programas electorales, sin que, en esos momentos, dijeran nada sobre esa libertad de conciencia. Claro que para entonces lo más importante era aparecer en esas Listas. En estas condiciones, lo más probable es que la Ley no se debata en esta Legislatura, con lo que estaríamos ante un incumplimiento más del programa del P.P con que se presentó en las elecciones.
No es menor la brecha abierta por los “barones” regionales del P.P a propósito de la nueva financiación autonómica, con enfrentamientos públicos, además, que ponen en solfa el proyecto único que para España se supone tiene el Partido Popular.
Demasiadas brechas y las que vendrán si el desafecto de los ciudadanos continúa creciendo.