A poco que uno esté pendiente de la actualidad política del Ayuntamiento de Almería, ha podido percibir que el Grupo Municipal Socialista que lidera Juan Carlos Pérez Navas, ha puesto el turbo y ha incrementado su actividad.
No es que antes estuviesen parados, pero es verdad que la vertiente política del Ayuntamiento se ha visto afectada por diversas circunstancias que no le han permitido funcionar al ritmo adecuado. Sin abundar mucho, podemos recordar la ralentización en la gestión que conlleva un cambio de alcalde, que el nuevo realice varios cambios de responsabilidades entre los concejales de su equipo, que por tanto tienen que readaptarse a ellas, el extraño devenir de Nicasio Marín… y a todo eso sumemos, por el lado del propio PSOE, la esperanza que algunos ediles conservaban –no Pérez Navas, que nunca ha trabajado con esa hipótesis- de que Ciudadanos pusiera sobre la mesa una moción de censura que mandara al Partido Popular a la oposición.
Ahora parece que las cosas están más tranquilas, más centradas, y eso permite al gobierno trabajar, también permite a la oposición organizar su propia tarea, en ese caso de control e impulso. Incluso cuando están metidos en el proceso de Primarias más crítico de su historia, y cuando el propio grupo municipal está dividido en sus afinidades, eso no está suponiendo una imagen de división del mismo ni de enfrentamientos internos por esta razón. Afectos y desafectos ya venían de antes, y no tienen que ver ni con Pedro ni con Susana.
A Pérez Navas se le nota que es un hombre de equipo, y da juego a sus concejales, siendo habitual que casi todos participen los plenos con mayor o menor fortuna. Más allá de ese minuto de gloria, lo que denota es que efectivamente existe un “gobierno en la sombra”, y que está en los temas, que se los trabaja y no improvisa. Habrá asuntos importantes, como presupuestos u ordenanzas, y otros baladíes, unos que merecen titulares, y otros un comentario jocoso, pero nadie está ocioso en el Grupo.
Es no sólo una escuela en la que los concejales se curten, también una evaluación continua para que quien tenga que hacer la lista a las próximas elecciones municipales tome nota. El problema en este caso es que la candidatura no la elige el candidato, lo que parece un error a todas luces, pero es su sistema.
Por primera vez en mucho tiempo el PSOE tiene posibilidades reales lograr la Alcaldía de la capital de la provincia, a no ser que ellos mismos se pongan la zancadilla, como por otro lado han venido haciendo en las últimas ocasiones, con cambios de candidato manu militari que en ocasiones parecían inspirados más para seguir en la oposición que arrebatarle el gobierno municipal al Partido Popular.