¿Cuándo comenzó el mal rollito entre la concejala del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Almería Ana Martínez Labella, y el concejal del Grupo Ciudadanos Miguel Cazorla?
¿Se gestó tal vez cuando ella era jefa de prensa de GIAL, y él concejal de esa formación política que lideró Juan Megino? ¿fué, quizá con motivo de la integración de GIAL y en el PP, la elaboración de la lista electoral conjunta en la que ella ocupó un lugar relevante y él no?
¿Será fruto de algo más reciente, como aquellos artículos y declaraciones de la concejala del PP descalificando al en aquel momento candidato a la alcaldía por Ciudadanos, quien incluso llegó a reclamar que le pidiera públicamente disculpas si querían contar con el apoyo para que Luis Rogelio Rodríguez fuera alcalde?
Sea como fuere, las puyas con las que se pican han acabado por convertirse en un clásico en los plenos municipales, donde cualquiera pensaría que hay algo personal más que político.
Hace un par de meses las garrochas pincharon al sostener Cazorla que “Ciudadanos” no estaba en el Ayuntamiento cuando se recortó un día de Feria, a lo que Labella respondió que “Ciudadanos no”, pero que “yo sí me acuerdo de quién estaba”, en clara referencia al concejal en su anterior etapa municipal, cuando el pacto PP-GIAL. Se da la circunstancia de que, según aclaró él en la siguiente sesión, no era concejal en aquellos momentos, y de nuevo volvió a exigir que se le pidieran excusas por la imprecisión.
La última, por ahora, ha tenido lugar este jueves, a raíz de una moción en la que Ciudadanos solicitaba que se analizara el coste que tendría que las pistas deportivas de los centros escolares permanecieran abiertas para que la gente del barrio las utilizara. Nada hacía prever que esto pudiera suscitar una respuesta como la que ofreció la concejala, quien poniendo en valor las escuelas deportivas municipales, argumentó más o menos que los proponentes –Cazorla, vamos- no había hecho los deberes, no se había informado de lo que se estaba haciendo, y lo mejor era que retirara la moción.
El concejal de Ciudadanos, puso cara de alucinado. Afirmó que Labella había dicho “barbaridades” y que mientras PSOE e IU habían comprendido el sentido de la moción “esta señora no me entiende” y añadió que no era la primera vez, y se quejó de que les tomara por “tontos” y de “no saber redactar”. Cazorla volvió a aclarar que “esto no va de escuelas deportivas”, y que simplemente es abrir los centros para que los almerienses usen las pistas, nada más, calculando el coste y las condiciones.
Aún quedan unos cuantos plenos hasta que acabe el mandado municipal, y quién sabe las sorpresas que nos deparará todo esto en meses venideros, pero ojo, en el salón están sentados excesivamente cerca… sugiero al alcalde que los distancie un poco más… no vaya a ser…