Yo pensaba titular este artículo "Mejor que La familia de la tele", en referencia a ese estrepitoso experimento sociológico que TVE tuvo a bien ofrecernos (y luego retirar con discreción, como quien esconde un cadáver debajo de la alfombra del prime time). Me refiero, claro, a La Familia de la Tele, ese reality de financiación pública con Belén Esteban y su troupe de supervivientes mediáticos, que consiguió lo que parecía imposible: que hasta los propios trabajadores de RTVE contestaran su emisión. Críticas internas, externas, profesionales, sindicales… solo faltó una manifestación de cámaras y técnicos pidiendo que se devolviera a los corrales (por lo de Jesulín... seguro que nadie lo ha pillado).
Pero, ay, no me dio tiempo a escribirlo. Mi idea era comentar que la realidad política, se ha convertido un reality infinito, que superaba al programa por la izquierda, por la derecha y por el centro también. Quién va a ver lo de Belén, si tienes lo de Pedro (léase al estilo Penólope).
Resulta que mientras yo pensaba en el programa de marras, el país entero asistía a un espectáculo mucho más potente, más delirante y más adictivo: el gran culebrón político. Que si los audios de Koldo, Aldama, Ábalos, Cerdán, que si unos grabándose a los otros, que si los informes de la UCO de la Guardia Civil con las grabaciones de todos... Ni Sálvame Deluxe en sus mejores tiempos podría competir con todo esto.
Pero entonces llegó Pedro Sánchez. El presidente. El hombre que, cuando todo ardía, cuando el país entero comentaba unos audios que lo encendía, decidió salir ante los medios en la sede de la calle Ferraz y decir que el PSOE es… una familia.
¿Una familia? ¿EN SERIO? ¿No se le ocurrió otra cosa que mentar la soga en casa del ahorcado?
Yo no sé quién le escribe los discursos, pero esa persona necesita vacaciones. O cambiarlos por silencios, que a veces comunican más. Porque en un contexto donde la oposición organiza manifestaciones bajo el lema “Democracia o mafia”, donde circulan autobuses llamando al presidente "capo", y donde medio país tiene la sensación de estar viendo una precuela de Los Soprano, salir y autodenominarse “familia socialista” es como ir a una entrevista de trabajo y decir que uno viene de una larga tradición de cuñados.
Y no es solo torpeza comunicativa. Es que hablar de familia, justo ahora, es invitar al respetable a recordar que su hermano, David Sánchez, está imputado por su supuesto enchufe en la Diputación de Badajoz. Que su mujer, Begoña Gómez, está inmersa en un par de causas judiciales que, como mínimo, huelen a caldo de sobre calentado en los pasillos de la Moncloa. Familia... familia...
Y por si fuera poco, familia también es lo que aparece en los audios de Koldo, Ábalos y Cerdán: “coloca a mi mujer”, “ayuda a mi hijo”, “pásame algo para la pensión”, “échame un cable con lo otro”, y luego está lo de las "sobrinas", que da para otro programa, pero en este caso podría ser "ADIF: La empresa de las tentaciones". Todo muy entrañable. Muy de sobremesa. Muy de clan.
En fin, que esto de la familia socialista ha sido un triple salto mortal sin red. Y sin sentido. Porque si algo ha demostrado este último año es que el PSOE, como partido, puede tener muchas cosas, pero unidad no parece ser una de ellas. Ni coordinación, ni estrategia, ni amor fraternal. Y si es una familia, desde luego no es de las que uno invitaría a pasar la Nochebuena en casa.
Mire, señor presidente, a veces es mejor no forzar el símil. Llámelo partido, llámelo proyecto político, incluso llámelo equipo si quiere. Pero no lo llame familia cuando la palabra ya tiene connotaciones sospechosas en todas las portadas.
La familia suele comer juntas, y ¡ay!, nuestro presidente pide aligerar la rueda de prensa porque son las cinco de la tarde y está sin comer... como los periodistas, vamos. Es ese afán tan suyo de ponerse el primero ¿recuedan el "yo estoy bien" cuando lo de Paiporta? Algún periodista podría haberle dicho: Presidente, que son las cinco pero llevamos más de dos horas esperando y sin comer... Torpeza comunicativa otra vez. Ya verán los memes que van a salir.
Y con todo esto, no hay reality de RTVE que compita.