Merkel se cae pero su imperio se levanta

La líder absoluta y can Cerbero por antonomasia de la Unión Europea se ha caído en la nieve. Probablemente disfrutaba del silencio de la montaña, sólo roto por el zigzagueo de sus antiguos esquíes , mientras su privilegiado cerebro científico estudiaba la forma en la que debía actuar para colocar su próxima pieza en el ajedrez europeo, para poder seguir aumentando la productividad de los alemanes, y hacer que los PIGS (sí, cerdos, en inglés, aunque en este caso las siglas correspondan a Portugal, Irlanda, Grecia y España, los parientes pobres europeos) no molesten demasiado a su proyecto imperialista, coronado por el debilitado euro.

La canciller y científica, casada dos veces, la primera con un físico y la segunda y aún caliente, con un químico; la mujer más poderosa del mundo, se ha lesionado el anillo pélvico – una bagatela para alguien como ella, y una complicación seria para el resto de la humanidad- y ha aparecido a las 24 horas en un acto benéfico. Lo tiene todo bajo control. Como a Europa, a sus PIGS y a sus buenas relaciones con Rusia. Igualito que una servidora, que, también esquiando, y al verme sometida a una placa de hielo, me salí fuera de pista (yo creo que ya no estaba ni en Europa), y como gallina sin cabeza y jugándome la vida, acabé a la manera de los dibujos animados, con los esquíes clavados sobre una pared de nieve dura y boca abajo, con el peroné roto y bajando en picado una montaña altísima de Grau Roig, en una motonieve de urgencias, desde la que iba saludando al preocupado personal. Casi me mato, estuve mes y medio escayolada hasta la ingle y sin poder trabajar. Ya ven señores, y la Merkel, ahí, con sus muletitas en 24 horas se presenta en su primer acto público sin que se le note un solo gesto de dolor en la cara, si es que hasta para eso vale, la teutona.

Pero no nos engañemos, Merkel, que no es un personaje mediático a pesar de tener que serlo, que lleva siempre humildes trajes de chaqueta, y que no asume ningún comportamiento ostentoso aparente, es la personificación de la ambición, una ambición desmedida en la defensa del proyecto europeo, de la moneda única, de “sólo los más fuertes están conmigo”. Es el método de selección darwiniana en el que España está participando, a sabiendas de que en dicha selección se le ha dejado solo, como a Irlanda, como a Grecia, como a Portugal, como a todos los demás PIGS. Cual hormiguita Merkel, está construyendo su imperio, y algunos hemos “decidido” que ese imperio sea también nuestro. Mejor dentro que fuera, que se estará más calentito.

Estos días, la Comisión Europea declara que ha aumentado nuestra confianza en más de cuatro puntos, y que nos estamos acercando a datos similares a 2007 (ahora mismo pensamos que cualquier tiempo pasado fue mejor). Sin duda, ese es un buen dato, que anima al consumo y esperemos que al fomento de la empresa y con ello a la creación de empleo. Entre tanto, Ángela Merkel nos tiene a sus pies y ha logrado la supremacía del factor alemán sobre cualquiera otra connotación europea. La influencia alemana es la que vale, sus valores son el espejo en el que nos debemos reflejar todos, son el modelo a seguir. Merkel, humilde y austera, poquito a poco, al igual que quien ahorra y guarda en su hucha euro a euro, ha guardado en su hucha productividad para Alemania y predominancia en la Unión Europea. Construye el imperio, su casita de hormigas, en la que nosotros queremos una habitación, aunque no sea un ático con vistas. El caso es dejar pronto de ser Okupas.