Sánchez es un apellido muy común en España. Junto con los Rodríguez, los García, los López o los Martinez son los más habituales en nuestro país. Pero al Sánchez al que me refiero en este comentario, es Don Pedro Sánchez, diputado del Partido Socialista. El Sr. Sánchez se encuentra recorriendo España en la búsqueda de los avales necesarios de militantes de su Partido que le permitan presentarse a la elección de Secretario General, puesto vacante desde la renuncia del Sr. Pérez Rubalcaba, que no sólo ha dimitido de ese puesto, sino que esta misma semana ha anunciado el abandono de su escaño en el Congreso, y su regreso a su actividad docente en el mes de septiembre.
En este recorrido por España del Sr. Sánchez, Don Pedro, parecía transmitir una cierta imagen de moderación, sobre todo en comparación con su principal antagonista, el Sr. Madina, mucho más radical y discípulo avanzado del mal recordado Sr. Rodríguez Zapatero. Esta aparente imagen de moderado, ha comenzado a cambiar en cuanto ha tenido oportunidad de manifestarse públicamente, toda vez que, por su trabajo parlamentario anterior, era un gran desconocido, no solamente para el conjunto de los españoles, sino también para sus propios correligionarios, puesto que su llegada al Congreso en dos Legislaturas lo ha sido prácticamente de rebote, como consecuencia del abandono de otros tantos diputados electos, con desplazamiento de la Lista electoral en ambas ocasiones. El Sr. Sánchez, Don Pedro, ha empezado a manifestarse sobre la cuestión religiosa en España, lo que constituye una constante en el Partido Socialista, cada vez que tiene problemas internos, propugnando una revisión del Concordato con la Santa Sede, como si este fuese el gran problema que nos preocupa a los ciudadanos. Especialmente grave, y preocupante, es su posición sobre el problema secesionista catalán, aceptando sin reservas la condición de nación para aquel territorio y su derecho a la autodeterminación y a un modelo fiscal diferenciado, posición descartada absolutamente en el Congreso, también con los votos de su Partido. La postura tibia sobre este tema de los socialistas catalanes, viene determinando, desde los últimos procesos electorales, reveses continuos, que han tenido, como consecuencia lógica, la renuncia de su Secretario General en aquella Comunidad. Seguramente, a medida que vaya avanzando este tema de las primarias, su posición, la del Sr. Sánchez, Don Pedro, se radicalizará aún más, tratando de contentar a sus bases, lo que, sin duda, es todavía más preocupante, si tenemos en cuenta que el ganador de estas primarias puede ser el candidato del Partido Socialista en las próximas elecciones generales, a celebrar en el 2016, salvo que el próximo congreso del mes de julio clarifique definitivamente las posiciones socialistas sobre estos y otros temas.
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