Apertura de juicio oral, dimisión; así de rápido, así de concreto
jueves 13 de agosto de 2020, 10:21h
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A la hora que es, a la que golpeo el teclado para plasmar estas líneas, no se conoce que Pablo Iglesias haya presentado su dimisión. Sin embargo, en la tarde de ayer se conocía la noticia de que un juez ha imputado como persona jurídica a su partido por un delito de financiación ilegal, al tiempo que llamaba a declarar en calidad de investigados al gerente y a la jefa de comunicación, entre otros dirigentes del mismo.
Hace unos meses, en un debate televisivo, Vicente Vallés, ese galo loco que resiste en la aldea del periodismo español, preguntaba al Coletavirus, entonces ‘futuro Coletavirus’, en qué circunstancias dimitiría. Él respondió, con la solemnidad que le dicta siempre su demagogia, que “apertura de juicio oral, dimisión; así de rápido, así de concreto”.
De momento, rápido ya no está siendo. Concreto… veremos.
Meses antes de aquello, a su vez, el mismo protagonista le exigía la dimisión al presidente Rajoy, el último presidente digno que hemos tenido. El motivo: que o sabía que su partido era corrupto o lo ignoraba; y si lo ignoraba, era un inepto. Luego, los años han pasado y no ha habido condena alguna de corrupción al PP, pero eso ya es otra historia.
La pregunta de si el Coletavirus es corrupto o inepto se responde sola con una aceptación de la totalidad; y con el añadido de la geta de cemento para completar un trío mágico que define al personaje.
O quizás sería mejor decir a los personajes, porque el Coletavirus no es más que un producto de un movimiento integrado por una serie de señores cuya única convicción es que todos los demás somos imbéciles. Ayer, el ciudadano argentino de nacimiento que lleva buena parte de su vida viviendo del sistema político y administrativo español que quiere abolir, Pablo Echenique, repetía el patrón habitual de esta gentuza: todo es mentira, ellos son los mejores, el sistema es despreciable y todo está podrido.
Un sistema, una podredumbre, que ha permitido que ellos lleguen a ostentar ese traje de representantes públicos que les quedan lo mismo que uno de Romay en el cuerpo de Torrebruno.
Quizás algo de razón no les falta: algo falla en el sistema, para que un tipo como el Coletavirus haya llegado a vicepresidente, para que su amante sea ahora ministra a pesar de no tener ni el graduado y para que el parapléjico que no pagaba la seguridad social de los empleados que le ayudaban a vivir sea diputado en el Congreso, la sede de la soberanía popular.
Periodista, director de EsRadio Almeria y Radio Marca Almería
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