Eso somos. Y Moreno quiere más. En eso nos siguen convirtiendo: Nerva, El Cabril (Hornachuelos) Los Frailes (Aznalcóllar) y sus lodos tóxicos desparramados a punto de vaciar en el Guadalquivir tras el “toma el dinero y corre” de Bolidén, otra vez Aználcollar y la Junta dispuesta a matar la vida en el río y en el golfo de Cádiz, y ahora Matsa. No basta el ejemplo del Rio Tinto, de imposible recuperación después de los siglos transcurridos desde la explotación romana y los años desde la inglesa. No basta. Más mierda, esta de la del hedor del veneno. Cada vez más y la Junta de Moreno a favor de todo lo que sea mierda, basura, contaminación, envenenamiento. Nada han hecho por mejorar o mejor, cerrar El Cabril y Nerva; al contrario. Cuanto más mejor, eso es símbolo de riqueza”. Si, riqueza produce pero ¿qué aporta? ¿Para quién la produce? ¿A quién y qué aporta? La respuesta de las poblaciones vecinas del nuevo vertedero aprobado para Valdelamusa.
Juan Manuel Moreno, el de la sonrisa puesta, el mejor vendedor de los presidentes ¿de Andalucía?, lo que sabe hacer es vender. Y es lo que hace. Animar lo vendible y vender sus excelencias, no a los explotadores de la riqueza minera ni a los usuarios de los vertederos o del cementerio nuclear. No. Intenta vender, convencer, engañar a los sufridores de esos centros de destrucción: a los andaluces. Pero no es suficiente. Juanma, el vendedor de la sonrisa pegada al rostro, amenaza con poner en marcha todas las explotaciones mineras de Andalucía. No hace mucho hablaba de poner en cultivo toda la superficie de Andalucía. Menos mal que no habló de arrancar árboles para sembrar fresas, pero de todas maneras debía haber aclarado de dónde pensaba sacar el agua para mantener tanto cultivo. Ni dónde y cómo pensaba venderlo, más difícil todavía mientras la UE siga permitiendo la entrada de productos agrícolas de países no miembros. Anda que será muy buen vendedor, pero como previsor, como organizador, suspendido. Así no es posible organizar Andalucía, ya sufrimos demasiadas improvisaciones y demasiados errores (y horrores).
Poner en funcionamiento todos los yacimientos mineros puede ser muy rentable para las empresas explotadoras (todas extranjeras) que aquí nada invierten, que sólo contaminan, lo contrario de respetar el ambiente para evitar el colapso climático, que dejan sus residuos será para ver si llegamos a fundirnos con ellos y les dejamos todo el campo libre. Y todo ello a cambio de unas decenas de jornales bien o mal pagados, que todavía está por ver. Hay otros negocios igual o más rentables, hay formas de incentivar la iniciativa y el emprendimiento andaluces, pero es necesario incentivarlo, para que el dinero de Andalucía repercuta en Andalucía, para que podamos ser plenamente autosuficientes, pues si lo somos en recursos ¿cómo es que no lo somos en posibilidades, en financiación, en capacidad productiva? Si ya fuimos la primera comunidad productiva, avanzada e industrial de España y nuestra decadencia empezó justo en sentido inverso al progreso de Euskadi, Cataluña y Madrid ¿cómo no vamos a ser capaces de resurgir si nos enfrentamos al Gobierno central, si “les cantamos las cuarenta”, si les negamos la posibilidad de continuar empobreciéndonos, si reclamamos continua e insistentemente nuestras necesidades reales e insistimos de nuevo cada vez que se conceda algún beneficio al norte o al centro? Porque para eso hace falta un gobierno andaluz-andaluz, un gobierno centrado en y sin más pensamiento que Andalucía. Analista y estudioso de los valores y las necesidades reales y las posibilidades de Andalucía. Un gobierno que trabaje realmente por Andalucía, sin concesiones ni simulación, conocedor a fondo de todo lo posible y necesario, para que pueda aplicar las soluciones correctas. Un gobierno valiente que no utilice la confrontación con el central para beneficio de su partido, y tampoco se calle sumiso cuando deba reclamar con la misma fuerza y razón a cualquier gobierno, aunque sea de su propio partido.
Así que empecemos por eliminar los criminales proyectos peligrosos y contaminantes y trabajemos por una Andalucía rica, culta y limpia. Y limpia también de sus enemigos físicos.