Anda el personal preocupado por la posible desaparición del dinero físico en un futuro más bien cercano. La tarjeta se impone, y el banco de España dice que en torno al 59% de los ciudadanos pagamos ya con el dichoso plástico. Yo entre ellos. Creo que perder la moneda que llevamos en el bolsillo, el billete en la cartera nos hace más dependientes del poder del ese omnímodo estado que todo lo puede, todo lo ve, en todo manda. Perdemos libertad, la primera la de intentar engañar a ese estado que dicen: Somos todos. ¿Todos?
Si reflexionamos un poco en la vida de los políticos, sus andanzas pirotécnicas con el dinero de los ciudadanos, llegaremos a la conclusión que es a ellos, a los que no les interesa que desaparezca la moneda física, que son ellos los que quieren que el billete siga caminando entre las oscuras sombras. Cuando Aldama confesaba ante el de las puñetas los dineros que les daba a ciertos colegas de cuadrilla de políticos, las cantidades, y el propio hecho era negado por algunos de los posibles beneficiarios. Y aunque no creían que el señor Aldama tuviera un recibo firmado por el que recibía los billetitos, verdes o del color que ustedes quieran, parece que los apuntes de los mismos, con nombres, camuflados o no, están en buenas manos.
Si los padres de la patria, los césares del poder hacen desaparecer el dinero físico, ¿cómo van a pagar las mordidas? ¿cómo entregar las bolsas y los maletines con los billetitos dentro? Billetes billetes verdes, que bonicos son. La tarjetita de plástico siempre dejará el rastro de por dónde ha pasado la mordida, el dinero sin control, de dónde ha salido y cuál es su paradero. Se inventarán cientos, miles de cuentas, pondrán cortafuegos, trampas y todo lo que quieran, pero habrá alguien que descubra esos caminos, y con ellos las cuentas por donde corre el dinero. Y eso no les interesa a los políticos corruptos. La pregunta sería: ¿Estamos en manos de corruptos? Suena a coña: Más de diez cuentas abiertas para solo cuarenta euros. Fue un error del banco, nos cuentan. Siempre se encuentra una excusa, alguien que pague el pato, si es a la naranja, riquísimo. Recuerdo a un político de estas tierras a los que se le descubrieron veinte cuentas en distintos puntos del País.
Eche un ojo a su alrededor, a las subvenciones, a lo que cuestan las obras, a la publicidad que pagan a los medios para que callen, y todo parece que estamos en manos de los Koldos, los Bárcenas, los titos Berni del mundo, los de los Eres y la Ugt de los cursos. No les interesa, a los políticos no les interesa que desaparezca el dinero físico, hacerlo es poner en peligro sus comisiones, sus coimas, sus chanchullos pagados en dinero oscuro, tan oscuro hasta llegar a negro negrísimo. Lo que son las historias, a veces el que los políticos sean piratas negreros con el dinero puede beneficiar a los ciudadanos, y que el dinero físico siga estando en nuestros bolsillos, monederos y carteras, aportando un grado de libertad, pequeño, pero es el único que nos vamos a poder permitir. Tontos somos si nos lo creemos, ya harán una ley que a ellos los exima de estar controlados por los euros digitales. Ya lo verán.