El Grupo Ecologista Mediterráneo entregó en la tarde-noche de este jueves sus reconocidos Premios Duna, unos galardones que cada año -y van ya 38 ediciones celebradas de forma ininterrumpida desde 1986- reconoce la labor en defensa del medio ambiente, del buen uso de los recursos naturales y de un modelo de desarrollo más sostenible “y que no deje atrás a nadie en cuanto a crecimiento y justicia social”, según señalaron los responsables del colectivo almeriense.
Los tres premiados ayer suponen un recorrido por las múltiples facetas relacionadas con el entorno natural, las sociedades o el conocimiento sobre la situación actual y sobre cómo aprender a afrontar los problemas y encontrar soluciones en busca de un futuro menos sometido a las fuertes presiones que se viven en la actualidad, en cualquier zona del mundo o de la provincia.
Y así desfilaron por el escenario del Aula de Cultura de la Fundación Unicaja, en el corazón del Paseo de Almería, la ‘chef de las hierbas’, Yolanda García, para explicar su proyecto ‘Gastroconciencia’ que defiende el uso de plantas autóctonas en la cocina, donde algunas supuestas malas hierbas ofrecen una variedad y una calidad en la alimentación muy sorprendentes, una alimentación saludable que respeta las plantas autóctonas, la biodiversidad y la regeneración de suelos y ecosistemas.
Tras ella los integrantes de la comunidad educativa de la eco escuela del CEIP Federico García Lorca de la barriada pulpileña de La Fuente, donde profesores, escolares y sus familias han hallado la fórmula para que la enseñanza vaya mucho más allá de lo puramente académico y aborde una formación como personas y ciudadanos. Para el GEM un ejemplo destacable porque los niños no son sólo los herederos de este planeta, sino que además con esos conocimientos sobre el entorno o los modelos sostenibles, “se convierten en los mejores educadores y los mejores agentes de cambio hacia un futuro con mayor esperanza para todos”, explicaban desde el Grupo Ecologista Mediterráneo.
Un DUNA más recaía sobre el equipo científico del Parque de Rescate de la Fauna Sahariana, perteneciente a la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA) de Almería y vinculado al Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Con este premio el GEM quería reconocer el fantástico trabajo de recuperación y reproducción de varias especies animales, en especial gacelas de Couvier, Mohor o Arruis que, una vez reproducidas son enviadas de nuevo a países del norte de Africa. Con ello han logrado frenar el riesgo de extinción de estas especies.
El premio al Parque de Rescate de la Fauna Sahariana reivindica al mismo tiempo la importancia de la investigación y los estudios científicos a la hora de afrontar los problemas ambientales en temas tan sensibles como la pérdida de vegetación, de fauna o la tremenda escasez hídrica que amenaza a muchas zonas del planeta y sus habitantes.
El galardón a este centro investigador se completaba ayer con la mención más ‘negativa’ del acto de este jueves, el Carbón que el GEM concede a aquellas actitudes que han supuesto añadir nuevos riesgos a los ya existentes y que este año llega a manos del Ayuntamiento de Almería, en la persona de su alcaldesa, por una larga serie de actuaciones resueltas con efectos negativos en el entorno natural, desde los conciertos en el Parque de La Hoya, el Dreambeach junto al Toyo, la gestión de los residuos urbanos o los plásticos o la urbanización continuada en zonas inundables, algo que aporta un incremento de los riesgos para el territorio, las viviendas, los cultivos o la vida de personas en el caso de que lleguen DANAs como la ocurrida en Valencia hace unos meses.
En cualquier caso el acto, que se hizo coincidir con la Celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, fue considerado por los responsables del grupo como un éxito por la alta participación de un público sensibilizado con el medio ambiente que pudo conocer a cada uno de los colectivos o las personas premiadas, pero también a invitados como Antonio Torres, que intervino para recordar una parte de la historia natural de la provincia y hablar de la importancia de que colectivos como el propio Grupo Ecologista Mediterráneo sigan al pie del cañón en una batalla tan difícil en el día a día como rica en la generación de oportunidades y de esperanzas de poder construir un mundo más justo, más limpio y donde vivir no sea una amenaza sino una reconfortante experiencia.
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