El Museo de Almería acoge desde este martes la exposición ‘Reflejos. Picasso x Barceló’, una muestra que establece un cruce transhistórico al confrontar la obra cerámica de Pablo Picasso y Miquel Barceló con piezas de la colección arqueológica del propio centro, algunas de las cuales se remontan al Neolítico, hace más de 7.000 años.
La inauguración de la muestra contó con la presencia de la alcaldesa de Almería, María del Mar Vázquez, acompañada por la consejera de Cultura y Deporte de la Comunidad Autónoma, Patricia del Pozo, el artista Miquel Barceló, Bernard Ruiz-Picasso, copresidente de la Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso, y José María Luna, director de actividades culturales de la Fundación Unicaja.
La consejera Patricia del Pozo destacó que la exposición ofrece “un viaje por la historia del arte de más de 7.000 años, que testimonia la capacidad de la creación contemporánea para dialogar con el pasado y enlazar tradición con innovación y vanguardia”. Esta iniciativa se enmarca en la hoja de ruta de la Consejería para extender "de forma estratégica" la presencia del Museo Picasso Málaga por los museos de todas las provincias de la Comunidad, generando nuevas oportunidades para reinterpretar la obra del artista malagueño desde perspectivas actuales y ampliar su público.3 Del Pozo rememoró el éxito de exposiciones similares en el Museo de Bellas Artes de Sevilla en 2021-2022 y en el Bellas Artes de Granada en el invierno pasado.
Por su parte, la alcaldesa María del Mar Vázquez valoró positivamente que los espacios museísticos de la ciudad apuesten por exposiciones de "grandísimo nivel" y felicitó a la Junta de Andalucía por traer a la ciudad a uno de los mayores exponentes del cubismo para que sea disfrutado por almerienses y visitantes durante los próximos meses.

La exposición, que estará en el Museo de Almería hasta el 15 de marzo de 2026, y posteriormente se trasladará al Museo de Cádiz, tiene como eje central la cerámica, uno de los medios artísticos más antiguos y universales.4 Las obras de Picasso y Barceló se presentan junto a vasijas neolíticas, ánforas fenicias y romanas, lozas islámicas y otros fragmentos de milenios de historia conservados en las colecciones arqueológicas de Almería.5 De esta manera, prácticas de modelar el barro prehistóricas, antiguas, medievales y de nuestro tiempo encuentran un espacio común.
La propuesta invita a reconocer en la obra de Barceló un eco constante de Picasso: una actitud experimental, una reinvención continua desde la tradición y una voluntad compartida de diálogo con el arte antiguo y moderno.6 ‘Reflejos. Picasso x Barceló’ plantea la cerámica como un lenguaje universal que conecta lo útil y lo trascendente, lo cotidiano y lo simbólico.7 Subraya la persistencia del barro como materia de memoria y experimentación, y sitúa a ambos artistas dentro de una genealogía mediterránea de creadores que, a lo largo de milenios, han transformado tierra, agua y fuego en arte perdurable.
Para Picasso, la cerámica se convirtió en un laboratorio esencial de ideas tras la Segunda Guerra Mundial, permitiéndole unir pintura, escultura y objeto, y enlazando con las tradiciones alfareras de Andalucía y el Mediterráneo.8 Barceló, que llegó a la cerámica en los años noventa durante su estancia en Malí, convirtió el barro en un territorio de exploración donde lo ritual, lo corporal y lo experimental confluyen, con piezas que conservan la energía del instante.
La muestra subraya las resonancias temáticas que atraviesan el tiempo, como la figura humana y animal como arquetipos, el fuego como fuerza transformadora, la fragilidad como resistencia y los procesos de fragmentación y recomposición como testimonio del tiempo. También destaca el mar como alma compartida de Almería y Cádiz, que ha sido cauce de memoria, mestizaje y creación artística.9
La exposición ha sido comisariada por Miguel López-Remiro, director artístico del Museo Picasso Málaga; Tania Fábrega, directora del Museo de Almería; y Laura Esparragosa, directora del Museo de Cádiz, y cuenta con el patrocinio de Fundación Unicaja.