En un momento en el que casi todo pasa por el navegador, cualquier aviso de seguridad genera inquietud. En las últimas semanas, Chrome ha vuelto a colocarse bajo los focos por un fallo crítico que ya estaba siendo aprovechado por atacantes antes incluso de que saliera el parche. Google lanzó una actualización de emergencia y recomendó instalarla cuanto antes. Lo ocurrido no es un episodio aislado. Durante 2025, el navegador ha acumulado varias vulnerabilidades importantes. Vamos a explicar qué implican y cómo pueden afectar al día a día de cualquier usuario.
¿Qué ha ocurrido?
La alerta más reciente gira en torno a un problema en V8, el motor que interpreta JavaScript dentro de Chrome. Allí se detectó un error que permitía a un atacante ejecutar código malicioso con solo lograr que la víctima visitara una página manipulada.
El fallo se está explotando activamente, lo que explica la prisa de Google por publicar un parche inmediato. Y lo cierto es que esta brecha no llega sola. A lo largo de 2025 se han acumulado ya varios fallos de tipo zero-day, lo que significa que los atacantes los estaban utilizando antes de que la empresa los conociera o pudiera corregirlos.
Por qué estas vulnerabilidades son tan peligrosas
Las vulnerabilidades de V8 suelen ser especialmente sensibles porque afectan a la forma en que el navegador gestiona la memoria. Cuando se produce una confusión de tipos, Chrome puede interpretar datos de una forma que no corresponde, abriendo la puerta a que un atacante fuerce comportamientos inesperados.
El mayor riesgo es que basta una visita a una web comprometida para que el ataque se ponga en marcha. Dado que muchos usan Chrome para entrar al correo, jugar al blackjack online, acceder a cuentas bancarias o manejar gestores de contraseñas, imaginar el impacto potencial es fácil.
Cuántos fallos se han detectado en 2025
A lo largo de este año han ido ocurriendo varias vulnerabilidades que han obligado a Google a publicar parches urgentes. En marzo se corrigió una brecha que estaba siendo utilizada en operaciones de espionaje digital. Más adelante llegó otra que permitía leer o escribir datos fuera de los límites de la memoria, algo especialmente peligroso. En verano apareció un fallo relacionado con ANGLE, la capa que gestiona la comunicación con la GPU, y tiempo después surgió otro error de type confusion que volvió a encender las alarmas. La más reciente, la que ha obligado a lanzar una actualización de emergencia, se suma a esta lista como la séptima vulnerabilidad grave aprovechada activamente en lo que va de año.
Cómo puedes protegerte
La primera medida, y quizás la más importante, es comprobar que el navegador está completamente actualizado. Chrome suele descargar las nuevas versiones automáticamente, pero para que los cambios se apliquen es necesario reiniciarlo. Entrar en el menú de ayuda y revisar la sección “Acerca de Google Chrome” es una forma rápida de asegurarse de que todo está al día.
También es buena idea evitar enlaces sospechosos y webs desconocidas. Aunque los ataques no requieren instalar nada, muchas veces empiezan con páginas diseñadas específicamente para aprovechar vulnerabilidades recientes.
Otro punto importante es revisar las extensiones. En ocasiones se instalan complementos que ya ni se recuerdan y que pueden ampliar la superficie de riesgo si no proceden de fuentes fiables.
Adoptar estas pequeñas rutinas ayuda a mantener una navegación mucho más segura. Y del mismo modo que alguien podría interesarse por aprender como se juega blackjack, es importante interesarse también por las herramientas que permiten navegar con más tranquilidad. Al final, se trata de combinar hábitos simples con actualizaciones constantes para reducir al mínimo los riesgos digitales.