Este fin de semana he sufrido un sobresalto cuando estaba viendo por TV las noticias y el presentador anunció que había muerto Guillermo Fernández Vara, Senador y Presidente de la Junta de Extremadura durante muchos años.
Y mi sobresalto fue porque no sabía que padecía una grave enfermedad y porque mi relación personal con él queda ya muy lejos en mis recuerdos. Pero hoy, con la fuerza que nos da el dolor por la imagen del amigo entrañable que se nos ha ido quiero dar testimonio de su afecto y sensibilidad por el Pueblo Gitano.
Guillermo nos quería a los gitanos y compartía con nosotros la preocupación por las dificultades que padecíamos tanto en su tierra como en el resto de España. Cada vez que he viajado a Extremadura le he visitado, o él mismo me ha acompañado en alguna de mis reuniones con nuestra gente.
Estoy revolviendo en mis archivos para encontrar una vieja fotografía que da testimonio de una reunión en su despacho presidencial en la sede del Gobierno que está en la Plaza del Rastro de Mérida. Allí estábamos los lideres más representativos de los gitanos extremeños. Y Guillermo nos escuchó, nos preguntó cuanto él quería saber y nos aseguró que su apoyo no nos faltaría.
Dios lo tenga en su gloria y quien sabe, si desde allí llegará a celebrar que su identificación con los gitanos algo tiene que ver con su apellido. María Elena Sánchez Ortega, la gran investigadora de quien los gitanos españoles hemos aprendido todo lo que sabemos de nuestra historia, sostiene que el 80% de los apellidos más genuinamente gitanos son “Jiménez” (con jota) y “Fernández”.