Un hombre ha sido condenado a dos años y cuatro meses de prisión por agredir sexualmente a una amiga durante una fiesta. El acusado ató a la víctima con bridas a una silla e introdujo un trapo en su boca para evitar que gritara o pidiera ayuda. A pesar de esto, el tribunal lo absuelve de los cargos de detención ilegal y lesiones. Además de la pena de prisión, se le ha ordenado mantenerse alejado a una distancia mayor de 500 metros durante cinco años y pagar una compensación de 3.275 euros por las lesiones y los daños emocionales causados.
Un hombre de 47 años ha sido condenado a dos años y cuatro meses de prisión por agredir sexualmente a una amiga durante una fiesta. El acusado ató a la víctima con bridas a una silla e introdujo un trapo en su boca para evitar que gritara o pidiera ayuda. A pesar de esto, el tribunal lo absuelve de los cargos de detención ilegal y lesiones, ya que considera que la víctima fue atada solo por una hora antes de poder escapar y las lesiones fueron consecuencia directa de la agresión y violencia desplegada en el acto.
La sentencia dictaminó que la pena impuesta al acusado por el delito de agresión sexual era "razonable", aunque se encontraba cerca del límite máximo de la mitad inferior. Esto se debió a que el acusado amarró a la víctima para llevar a cabo la conducta sexual, lo que causó un mayor desasosiego y le impidió defenderse. Según el tribunal, en noviembre de 2019, durante una reunión de amigos en su casa, el acusado abordó a su amiga en la cocina cuando estaba sola y procedió a atarla a una silla con bridas mientras le introducía un trapo en la boca para evitar que gritara, sin mediar palabra alguna.
Según el relato, el agresor empezó a realizarle tocamientos inapropiados por todo su cuerpo, incluyendo sus partes íntimas por encima de la ropa, después de levantarle la camiseta. La víctima dejó claro que no estaba de acuerdo con estas acciones y el agresor le dijo intimidatoriamente que no se resistiera porque lo tendría así durante una hora.
La víctima logró liberarse por su propia fuerza después de que el acusado la dejara sola. Ella pudo soltar la brida que sujetaba su mano derecha y salir rápidamente de la casa. Como resultado, sufrió lesiones en ambos brazos y tobillos que requirieron atención médica. Tardó siete días en recuperarse, y durante un día no pudo realizar sus actividades habituales.
Además de la pena de prisión, el tribunal ha ordenado que la persona se mantenga alejada a una distancia mayor de 500 metros durante cinco años y esté bajo libertad vigilada por el mismo período. También se le ha impuesto el pago de una compensación de 3.275 euros por las lesiones y los daños emocionales causados.
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