Les puedo jurar, por lo que más quiero en este mundo, que yo no fui. No sé si lo hubiera hecho, es la duda que tengo y que me corroe el alma. Si en mis manos hubiera tenido el famoso informe contra el novio de Isabel Díaz Ayuso, la líder madrileña del Pp, lo que tengo muy claro es que se lo hubiera contando a ustedes ese mismo día, habría montado un artículo especial y urgente para que ustedes supieran lo que estaba ocurriendo con el novio de la presidenta madrileña, y su presunta estafa al erario público, no me lo habría guardado en el cajón durante seis días por cuestiones éticas o morales, como he oído contar en el juicio al fiscal general de Pedro Sánchez, el emperador de la Begoña.
Resulta evidente que no sé quién filtro el documento. Lo pudo hacer el fiscal de Sánchez, la fiscal jefa de Madrid, o lo mismo fue un periodista el que se lo filtró a los fiscales, según se oyó en el juicio, sin recordar por parte de la testigo, alto cargo de Moncloa, el nombre del periódico que se lo envió, o, el del periodista. Pero antes de que la señora Acera recibiera el documento, es de imaginar que alguien se lo tendría que haber mandado a los mencionados. ¿Y quién lo hizo? Esa es la cuestión. Yo no fui, lo juro, no estaba ni estoy en el juego de la fiscalía, no estaba viendo aquella noche el partido del At. de Madrid, por lo que no me llamó un colega para pedirme que le mandara los correos al fiscal general, que los necesitaba urgentemente, ni vivo cerca de los cuarteles de la justicia madrileña, ni influencia alguna en los partidos que juegan en la capital de España, por lo que les juro que no tengo ni idea de si el fiscal del emperador de la Begoña es culpable o inocente de filtrar unos datos que se entienden son confidenciales y privados de un ciudadano.
Lo que constato en estos días, a través de las imágenes que nos ofrece la tele, es que la cara del señor fiscal sanchista no es de felicidad. Se le está poniendo una cara de cordero “degollao” que da pena, penita, pena, pena. Hay quien asegura que es mala la política (perdón, la política no, los políticos), que en el sanchismo ya piensan en dejarlo solo tras los días que llevamos de juicio, viendo que las declaraciones no le están sentando bien al relato que desde el gobierno, con Sánchez a la cabeza, sus terminales y desde la fiscalía están intentado vender, lo están dejando no solo, están soltando amarras y dejándolo caer en la oscuridad de la cloaca.
Alguien cercano a la mundo de la justicia me asegura que no van a condenar al fiscal militante del sanchismo, que los magistrados no se van a atrever, la excusa, que no se ha dado una prueba clara sobre la filtración, que todo han sido declaraciones a favor y en contra. La prueba debería estar en un móvil, en el del fiscal jefe, pero miren ustedes por donde los correos del mismo fueron borrados. ¡Borrados! ¡Qué suerte tienen algunos, ita sea!
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