Desde hace años no me vengo fiando de los presupuestos que nos ofrecen las instituciones. La culpa la tuvo un edil del ayuntamiento de Almería, Ramón Sedeño, que durante el tiempo en el que llevó la responsabilidad de la hacienda municipal me enseñó las cartas con las que se juega a la hora de confeccionar las cuentas. Eran muy didácticas las maniobras para lograr cuadrar el presupuesto. ¿Cómo estás Ramón? Hace tiempo que no sé de ti. Un abrazo.
Ayer se discutió el del ayuntamiento capitalino. Sorpresa, ninguna. Todo son inventos, números que se repiten de años anteriores. Al final promesas, muchas, que se van alargando en los años y que casi nunca se cumplen. En estos días hemos oído trompeta, bombo y platillo dedicados a los del convento de la Junta. Cuatrocientos treinta millones de euros. Chimpún, chimpún, chimpún. De esa cantidad, que los del Pp dirán que es enorme, histórica, y que va a cambiar la fisonomía de la provincia, me llama la atención la que se van a gastar, o lo intentarán, que esa es otra, en el inframundo vergonzoso en que se ha convertido el chabolismo almeriense. Una cosa es que lo intenten, y otra que al final se gasten incluso ese medio millón de euros que anuncian. Ojalá sea una realidad y acaben con esa lacra que se extiende sobre nuestros pueblos. La imagen de esa forma de vivir a la que condenamos a algunos inmigrantes nos debería llenar de vergüenza, pero ya sabemos lo que es pedirle vergüenza a un político. Es verde y siempre hay alguna acémila que se la come.
Las cuentas del presidente Moreno Bonilla para la provincia, en el apartado del tema chabolismo en cuestión, es de medio millón. Han leído bien, lo han dicho ellos, aparece en esas cuentas presentadas. El gobierno de la Junta de Sevilla y sus periferias dedica para erradicar el chabolismo en nuestra provincia medio millón de euros. En medio de esos 430 millones que nos cantan a coro desde el convento sevillano hoy del Pp, solo medio para intentar acabar con el chabolismo almeriense. Todo un récord, hay que reconocerlo. Entiendo que el alcalde de Níjar, del Partido Popular, se debe estar en estos días mordiendo la lengua. Y no es hombre que se guarde. Conoce a fondo el problema del chabolismo, su pueblo lo viene sufriendo desde hace años, y sabe que con ese medio millón presupuestado de poco o nada va a servir a ese gran colectivo de seres humanos que viven esa situación.
Si mañana aparece el consejero que nos ha tocado en el sorteo, o el propio presidente, que no nos hablen de la gran preocupación que tienen ante el caótico chabolismo que padece nuestra provincia. Si la preocupación de los políticos, según dicen ellos, se ve en las cuentas que presentan para invertir cada año, no creo que puedan ponerse una medalla en este apartado. Con quinientos mil euros poco o nada pueden hacer para acabar con ese hacinamiento de personas que vienen viviendo bajo plásticos, en unos poblados que van creciendo sobre la piel de nuestra provincia y a los que dedicamos la migaja de medio millón de euros.
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