El Pp, en el congreso de los diputados, ha pedido más días de pesca para el año que está a punto de nacer, el 2026. Dicen que este próximo viene lleno de campañas electorales. ¡Al ataque mis legiones! que a las autonómicas se van a unir las generales.
¡Miedo, tengo miedo!
Dicen que así cantan en algunos partidos a la espera de lo que ocurra en Extremadura con la señora Guardiola, que los tiene bien puestos. Las regionales están ahí, pero no tengo tan claro que las nacionales se vayan a proyectar el año que viene. El jefe de la “banda de los braguetas” no está por la labor de poner en peligro su cargo de presidente de gobierno el año que viene, y ya veremos, se han levantado voces, si lo hace en el 27.
Que el Pp pida más pesca, más gambas para el año que viene suena bien, pero algo tarde, piensa uno. En estas fechas navideñas, viendo el precio de nuestros rayaos, entiendo la petición de los políticos, se deben haber puesto en el mercado que ni los miles de euros que nos sacan en impuestos para pagar sus sueldos les da para comer gambas en la noche del 24, la comida de navidad, así como la celebración de la llegada del nuevo año. Pero más vale tarde que nunca. Si no la piden para el año que viene, en el 26 tampoco podrán deleitarse con unas gambas rojas de Garrucha, Carboneras y otros puntos del literal levantino almeriense.
La situación de nuestras pesquerías está en peor situación cada mes que pasa con el mismo gobierno y los mismos pactos que se vienen dando en Bruselas. ¡Qué bonitos y generosos son los pactos de Bruselas para el funcionamiento de nuestra pesca o agricultura! Eso nos decían cuando se firmaban. Era la panacea para nuestros pescadores. Ya lo estamos viendo.
¿Y quién los firmaba?
Eso, ¿quién firmaba los pactos de Bruselas que tienen a nuestros pescadores con el agua al cuello? Nunca mejor dicho. Estos políticos nuestros tienen más cara que espaldas. Los mismos que ahora se rompen las vestiduras, los que hoy gritan que no van a poder comer gambas, por los precios y la escasez, piden que hay que permitir que nuestros barcos pesquen más alistaos y lo que se precie el año que viene. Ya no sé lo que se le puede decir a estos representantes de la llamada derecha española. Los pactos firmados en Bruselas y que vienen hundiendo la pesca, la agricultura, la industria y otros sectores los ha firmado el mismo partido que ahora pide más pesquería para el sector.
A veces pienso que el Pp ha mandado a Bruselas a los más tontos de sus militantes. Firman una cosa en Europa y se quejan de eso mismo en Madrid, pero lo hacen cinco años después. Ya digo, ¿qué se le puede decir a estos grandes lumbreras que pasean sus palmitos por el frío del norte de Europa? Algo muy sencillo: que no se pueden oponer al jefe de turno, porque en caso de hacerlo, perderían los trece mil euros de sueldo cada mes. Y eso son muchos euros. Menudo personal nos ha tocado. El 22, con la ayuda de los niños cantores los podíamos cambiar.