Hoy quiero hablarles de algo que me ha dejado pensando. Resulta que el peruano Marcelino Abad Tolentino, más conocido como ‘Mashico’, ha cumplido 125 años. Sí, han leído bien: ¡125 años! Y no es cualquier cosa, porque se ha convertido en el hombre más longevo del mundo según los registros oficiales de su país. Desde luego, la noticia llegó a mí como un soplo fresco en este caluroso otoño almeriense.
Imagínense la escena: un grupo de amigos reunidos en una terraza de Almería, con esas tapas de pulpo a la gallega y una buena jarra de cerveza bien fría. En medio de las risas y anécdotas sobre nuestras vidas (que no son ni la mitad de interesantes que las de Mashico), alguien lanza la pregunta del millón: “¿Cuántos años creéis que viviremos?”. Y ahí es donde entra nuestro amigo peruano. Con sus 125 años, ‘Mashico’ se convierte en el abuelo sabio que todos quisiéramos tener. ¿Qué secretos guardará? ¿Qué historias habrá vivido?
Pensión 65, el programa estatal que lo celebra, lo describe como un símbolo de longevidad y resiliencia. Y no puedo evitar pensar en cómo esa resiliencia se refleja también en nuestra tierra almeriense. Aquí, donde el sol brilla con fuerza y la gente trabaja duro en los invernaderos o en las playas, también hay mucha historia por contar. A veces me pregunto si nuestros abuelos tendrán algo en común con ‘Mashico’. Ellos también han enfrentado adversidades y han sabido salir adelante. Mi abuela, por ejemplo, siempre dice que el secreto está en “no dejarse vencer por nada”. Quizás eso sea parte del truco para alcanzar los 125 años.
Recuerdo una tarde soleada paseando por el Paseo Marítimo de Almería con mi madre. Ella me contaba historias de su infancia mientras tomábamos un helado; cada relato era una lección sobre la vida y la perseverancia. Me imagino a ‘Mashico’ haciendo lo mismo con sus seres queridos, compartiendo anécdotas sobre tiempos pasados, guerras vividas y amores perdidos. La vida es una colección de momentos que nos definen y nos hacen quienes somos.
En ese sentido, Mashico no solo es un hombre mayor; es un recordatorio de que cada día cuenta. En nuestra ciudad costera, donde cada amanecer trae consigo nuevas oportunidades (y alguna que otra tormenta), deberíamos aprender a valorar más esos momentos simples pero significativos.
Así que hoy brindo por Marcelino Abad Tolentino, por su increíble viaje a través del tiempo y por todas las historias que aún tiene por contar. Que su longevidad nos inspire a vivir plenamente cada día aquí en Almería, disfrutando del sabor del mar y del calor humano que nos caracteriza. ¡Feliz cumpleaños, Mashico! Que sigas siendo un faro para todos nosotros mientras navegamos nuestras propias travesías.
Y ustedes, ¿qué historias tienen para compartir? ¡Vamos a celebrarlas juntos!
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