Es duro que te amen imbéciles

La portada de aquel ejemplar de Charlie Hebdo mostraba al Profeta “desbordado por los integristas”, tapándose los ojos con rabia mientras decía algo así como “es duro que te amen imbéciles”. A eso habría que añadirle que es aún más duro, cuando los imbéciles tiene fusiles, explosivos, cuchillos, y además están dispuestos a inmolarse al estilo de quedarse ciegos con tal de dejar tuerto al enemigo.

Afortunadamente eso no es el Islam. Como los curas pederastras que engatusan a los niños con el Reino de los Cielos no son la Iglesia Católica, aunque sus jerarcas hayan mirado para otro lado demasiados años. No, los curas vascos que ocultaban terroristas acogiéndose a la bondad mientras negaban a las víctimas el derecho a un funeral público, esos tampoco han sido desautorizados por las altas jerarquías de la Iglesia.

No se trata de hacer una lista de afrentas, si no de lo contrario, de dejar en evidencia que hay gente mala en todos sitios, pero que los buenos son más que los malos, y por eso no nos pueden ganar la batalla.

La Comisión Islámica de España dictó allá por el 11 de marzo de 2005 una fatwa en la que condenaba el terrorismo en nombre de Allah, y lo hacía con nombres y apellidos, Osama Ben Laden y Al Qaeda. Esa misma condena ha sido recuperada ahora para Estado Islámico y sus criminales. "Dios no otorga Su guía a gentes que deliberadamente hacen el mal" (9:109) concluye.

La Junta Islámica dice en un comunicado “Ninguna persona ni ningún grupo, cualquiera que sea su condición, tiene el derecho a manchar y desfigurar la imagen y dignidad del islam y los musulmanes, por lo que un acto de terror de esta naturaleza solo puede ser cometido por individuos enemigos de esta religión y ajenos a sus principios y valores universales.” Y añade que “siempre hemos defendido y seguimos defendiendo la libertad de conciencia y la libertad de expresión, por ser parte central de nuestro credo y nuestro discurso, como lo es también el respeto al prójimo y sus creencias. Importante es, en contrapartida, que la libertad de expresión encuentre sus límites en el respeto y reconocimiento de la diversidad cultural e ideológica.”

Saramago decía que matar en nombre de Dios convierte al propio Dios en asesino. Lo mismo pasa cuando se mata en nombre de una ideológía política, o en nombre de la Libertad.

El atentado en el que han sido asesinadas 12 personas en París es una puñalada en el corazón de nuestro sistema democrático. Sólo con libertad de expresión es posible la democracia, porque sólo donde se puede opinar y confrontar ideas es posible elegir, y elegir es libertad.

Es verdad que día a día mueren millones de personas inocentes en todo el mundo, y que Occidente (Estados Unidos, la Unión Europea...) tiene su parte de responsabilidad, pero argüir eso en estos momentos como hacen algunos suena a intento de justificar lo injustificable. Para eso está la libertad de expresión, para que en buena lid derroquemos en las urnas y con la razón a quienes permiten esos crímenes que ya no nos escandalizan.

Decía Federico García Lorca “el chino bueno está más cerca de mí que el español malo”, por eso hoy estoy convencido de que este tipo de terrorismo que alimenta a racistas, xenófobos y gentes rancias les une en una misma tribu, mientras que los muertos y los buenos musulmanes, y los buenos cristianos, y los buenos hebreos, y los buenos... en general, deben hacerles frente. Debemos hacerles frente.

Como también se puede leer en el Coran “como el bien y el mal no pueden equipararse, repele el mal con algo que sea mejor. ¡Y de ahí, que aquel, con el que existía enemistad, se volverá entonces como un amigo!” (Sura 41. v 34).