La impresión que nos ha dejado la visita del ministro de Fomento a Almería no ha podido ser más desalentadora. El mandatario del Gobierno de Rajoy ha venido a certificar lo que ya todos intuíamos y es que nuestra provincia va a ser la única de España que no cuente con una conexión AVE estándar, sino que tendremos que apañarnos con una alta velocidad de tercera categoría. Que el PP nos obligue a tener un AVE de estas características es una verdadera condena para nuestras expectativas económicas y sociales, pues esa infraestructura, el día que funcione, no nos permitirá exportar hacia el resto de España ni a la Unión Europa, lo que limita y bastante nuestra capacidad de desarrollo y amenaza nuestro extraordinario potencial agrícola.
No es de extrañar las reticencias del ministro De la Serna a reunirse con la Mesa del Ferrocarril. En realidad no ha podido traer peores noticias: el certificado de defunción del AVE a Granada, la escenificación completa de esas maniobras de distracción que suponen redactar de nuevo los proyectos del AVE a Murcia -ya en ejecución a cargo de un gobierno socialista- y dar a conocer los detalles sobre el juego de artificios desplegado por el Gobierno de Rajoy, con la connivencia de sus compañeros de partido en Almería, que supone la actuación sobre la carretera de Sierra Alhamilla para eludir el compromiso de conectar el puerto a la red ferroviaria de alta velocidad.
En lo que respecta al Corredor Mediterráneo que nos debe conectar a Murcia, seremos la única provincia de todo el trazado que disponga de un AVE con una sola plataforma, en lugar de las dos con las que cuentan en el resto. Tendremos un AVE ridículo y residual que no nos permitirá la exportación de mercancías ni ningún tipo de tráfico de doble vía. Otra vez Almería fondo de saco de las comunicaciones de España. Pero es que, además, es indignante que el PP, para no invertir en Almería, dijera que los proyectos del AVE no estaban adaptados, pues ello ha supuesto cinco años y medio de retraso en su ejecución, sólo y exclusivamente por culpa suya. Y ahora quieren entretenernos, dividiendo y repartiendo la inversión de estos años, cuando saben que nos la han ido robando, presupuesto a presupuesto, a razón de entre 100 y 120 millones en cada anualidad. Es un atraco definitivo y debemos ser conscientes de ello: ya sabemos que vamos a tener un AVE distinto al del resto de España, pero también sabemos el AVE que nos merecemos y no nos vamos a cansar de reclamarlo ante las instancias oportunas.
Si hablamos de la conexión por tren con Granada, la situación que nos ha pintado el ministro de Rajoy no es mejor. El PP anunció una inversión para mejorar la red convencional, que ya tenía que haber estado hecha, pues las comunicaciones desde esta parte de Andalucía hacia el resto no pueden ser más lamentables. Esperábamos que el ministro nos anunciara inversiones y plazos para conectarnos por AVE a Granada y, de ahí, al resto de Andalucía y a España, pero debemos decir adiós a dicho proyecto. El PP ha considerado que los almerienses no tenemos derecho a disponer de una conexión de alta velocidad hacia nuestra provincia hermana, con lo que seremos la única capital andaluza no conectada por AVE y ello, por culpa, sólo y exclusivamente, del Gobierno de la nación en manos de la derecha.
Y como broche de oro a este atraco al tren de Almería que el Partido Popular ha perpetrado, nos encontramos con una serie de anuncios, promesas y compromisos que se vienen arrastrando desde 2015 en relación al soterramiento del paso a nivel de El Puche, que no son más que el artificio con el que pretenden hacernos olvidar que, además de suprimir ese peligroso punto para peatones y vehículos, lo que nosotros necesitamos para nuestro futuro y para nuestro desarrollo como capital de provincia es contar con un tren de alta velocidad conectado con el puerto. Ojalá que el Gobierno de Rajoy soterre ese paso a nivel y que lo haga cuanto antes, pero esperemos que no sea el adiós completo a la conexión con el puerto.
En definitiva, no es de extrañar que el ministro de Fomento anunciara que su gabinete iba a trabajar intensamente este verano por Almería. Llegar aquí, presentarse ante los responsables de instituciones y organismos públicos y privados que conforman la Mesa de las Infraestructuras de Almería, anunciar que nada de lo prometido se va a cumplir y que el cinismo apenas se note, requiere una magnífica preparación. Ha sido un atraco a nuestras ilusiones y esperanzas, pero eso sí, un golpe con guante blanco.
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