Podría ponérsele la música del “Desde Saturce a Bilbao…”, pero no es necesario. La música es algo muy serio, pero esto lo es más. El Sr. Ministro de Cultura debe tener muy claro que, si realmente los objetos llevados a Sijena –al parecer, devueltos- en ciento cincuenta y cinco envíos ¿no? (Algo tiene que ver esto con el número 155, pero mejor continuemos): si esos objetos de arte fueron sacados ilegalmente de Sijena, si la venta al o los museos catalanes fue también ilegal (si fue ilegal sería cosa de trileros, figura muy actual, ó de perista o receptación), desde Andalucía aplaudimos su devolución, que no sería devolución, sino incautación ilegítima, arbitraria y caciquil, caso de que hubieran sido comprados legalmente.
Los andaluces queremos creer en el Gobierno, aunque sea del PP y queremos creer que ha obrado con la más absoluta rectitud en este asunto, lo que hace dar por cierto que lo comprado fue comprado ilegalmente y lo no comprado fue sustraído. (Más bien “susllevado”). Y, con esa plena confianza que queremos depositar en los gobernantes que nos gobiernan aunque sea a golpe de Constitucional y otras “justicialidades”, tenemos que pedirles, rogarles, exigirles, que continúen esta racha de justas devoluciones. Si estas no fueran justas tendríamos que pedirles que empezaran. El caso es que lo que pedimos sí está basado en la Verdad, en la Historia, en la Justicia y en el Derecho. Todo con mayúscula, porque esos adjetivos nos asisten. Tenemos derecho a recuperar lo que es nuestro por Historia, porque es verdad que es nuestro y porque queremos empezar a confiar en la Justicia de una dichosa y puñetera vez.
Así que, tras aplaudir la devolución de sus bienes artísticos a Sijena, vemos y hacemos ver que ya es hora de hacer caso a una reivindicación que no es nueva, ni remotamente nueva, porque llevamos tiempo reclamándolo, porque nos asiste el Derecho a que se haga Justicia, para reconocer la Verdad y devolvernos todo el tesoro Histórico apropiado por Museos de Madrid, para su engrandecimiento y enriquecimiento cultural y económico, a costa de esta tierra, esquilmada de toda esa riqueza que se luce dónde puede lucir.
Así ocurrió con la Dama de Baza, llevada al Arqueológico Nacional con el pretexto de su conservación, y allí sigue; el cuadro de la Inmaculada de Murillo, robado por el Mariscal Schultz, durante la invasión napoleónica y devuelto a la ciudad de Sevilla por el Mariscal Petain, pero que, de forma extraña se “equivocó” de camino o se cansó de viajar y se quedó en el de El Prado.
En definitiva, hay motivos sobrados, para que, en un simple Acto de Justicia, no se nos olvide, no se nos de peor trato que a otros, y vuelvan ya a Andalucía, lo antes posible, cuanto antes, los miles de obras de arte enquistados en los museos madrileños, todos ellos indebidamente apropiados, bien por decisión gubernamental, que decidió llevarlos allí en un negativo y acendrado acto de despotismo centralista, o bien, en algunos casos, por apropiación de los propios museos. Así ocurrió con la Dama de Baza, llevada al Arqueológico Nacional con el pretexto de su conservación, y allí sigue; el cuadro de la Inmaculada de Murillo, robado por el Mariscal Schultz, durante la invasión napoleónica y devuelto a la ciudad de Sevilla por el Mariscal Petain, pero que, de forma extraña se “equivocó” de camino o se cansó de viajar y se quedó en el de El Prado; el archivo de la Casa Ducal de Medinaceli, ilegalmente sacado de noche del Palacio sevillano de la Plaza de Pilatos; o los leones que adornan la entrada al Palacio de las Cortes, también trasladados por orden del General Franco, desde la fachada de la Fundición Daoiz-Velarde, en la Avenida de Eduardo Dato, en Sevilla, también de noche, para evitar protestas de los trabajadores que los habían construido a sus expensas, en horas libres y sin pedir un céntimo al Gobierno. Que aunque se lo hubieran pedido tendríamos el mismo derecho. Pues Andalucía está en España ¿verdad? ¿O sólo para lo que les conviene?
Por desgracia, y para escarnio del más acendrado centralismo depredador, no son los únicos casos: un jabalí de ocho patas –ancestral simulación de movimiento- perteneciente a la ciudad de Ronda, el toro de la misma ciudad, el ave de Medina Azahara, el soldado íbero -probablemente tartesio, pero esa es otra- de Osuna y otras dos mil piezas arqueológicas de la misma localidad, y todos los elementos sustraídos de distintos y diversos puntos de Andalucía (los citados y Almería, Carmona, Huelva, Jaén, Málaga, Martos, Tarsis…)
Entusiasmados al comprobar el interés de ese Gobierno y particularmente del Ministerio que preside, por volver a poner las obras de arte en los lugares dónde deben estar, nos reafirmamos en que todo lo “susllevado” de Andalucía no debe estar dónde está, porque deben estar dónde les corresponde, que no es otro que el lugar desde dónde salieron en dirección a la capital.
Convencidos que la “racha justiciera” no terminará en Sijena, sino que será extensible a toda España, salvo que pudieran considerar que “ciertas” zonas del Estado, en realidad, no son España, cuestión cuya aclaración agradeceríamos, aguardamos ilusionados y agradecidos, en su caso, por la devolución inmediata de todas cuantas obras de arte han salido indebidamente de Andalucía, para sumar riqueza a otros lugares. En este caso, específicamente, a la villa de Madrid, contra la que no tenemos animadversión alguna, pues sólo pedimos lo que es nuestro.