He finalizado la lectura del libro “De soldado a general” del general de división Rafael Dávila, que escribe cada día, desde poesía a historia o literatura militar, un patriota hasta la médula, un excelente profesional de la milicia, que con esta obra literaria sigue cumpliendo el juramento sagrado que en su momento hizo de servir y defender a España hasta la última gota de su sangre.
Una obra escrita por el general Rafael Dávila con la razón, el corazón y el alma, tratando la cultura de Defensa, la cultura de la Seguridad, el papel del Ejército, de todo lo que está pasando en España, de quienes son nuestros enemigos y recordando en la comprensión de la obra, que nuestros Ejércitos están para el cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 8.1 de la Constitución Española: “Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional” con plena subordinación al Gobierno que son quienes dirigen la política de la Administración militar y la defensa del Estado. Al menos, al día de la fecha está en vigor, aunque será uno de los artículos que ante una modificación de la Constitución se modificará, a pesar de que, en todos los países de la UE se recogen estas misiones.
El general Rafael Dávila con un corazón rebosante acerca la cultura de la Defensa a la sociedad civil a través de entrevistas en directo, desde Carlos Tapia, un Cabo de la Legión española, hasta un general del Ejército de 4 estrellas, Fernando Alejandre – JEMAD- pasando por el Suboficial Mayor Gómez Guerrero, así como, el teniente general César Muro Benayas; el general de brigada Juan Antonio Díaz Cruz; el general de división Juan Chicharro Ortega y el general de brigada Agustín Rosety, ambos de Infantería de Marina; el general de brigada médico Manuel Guiote Linares. También incluye diálogos con el capitán de navío Ángel Liberal, los coroneles José Francisco Nistal, Pedro Baños y Julio Serrano Carranza,
El general Dávila, quien fue jefe de la Brigada “Rey Alfonso XIII” II de la Legión y de la Guardia Real, recupera con este libro el gran prestigio de nuestro Ejército ante la imagen distorsionada que se da desde el desGobierno de la Nación. Mujeres y hombres que dan todo lo que tienen, sin mirar horarios, 24 horas al día de patriotismo con rectitud profesional, ético y moral de amor a España como Patria, Nación y Estado.
Las Fuerzas Armadas siempre han sido maltratadas por el estamento político, dando la percepción y sensación que nuestro Ejército son unas Fuerzas Armadas profesionales. Y no se está defendiendo bien, tanto desde el punto de vista militar y político a Ceuta, Melilla y las Islas Canarias, incluso, a la vista de los últimos acontecimientos, las Islas Baleares, debiendo de recuperar el control del estrecho de Gibraltar, porque no pintamos nada.
Se recoge en el libro, la preocupación de quienes dirigen a las Fuerzas Armadas, la cual deberían de estar orientada, principalmente, al Sur, porque, incluso transciende a la Defensa, que se agrava aún más al no disponer de un ejército europeo. Y es que, no se puede tener una carrera militar para a la vuelta de la esquina dejar de ser militar debido al hecho de estudiar simultáneamente otras disciplinas académicas; y porque en el ámbito privado, alcanzados los empleos de Oficiales o Suboficiales, se les ofrecen puestos de trabajo con retribuciones superiores por ser los servidores del Estado mejor preparados, de elevadas capacidades y habilitadas que interesan al sector privado, y habría que replantearse la carrera militar pensando en la vocación, la virtud y en España configurando su plan de estudios como de antaño con las actualizaciones actuales pero dentro de la didáctica y metodología de las Academias Militares, nada que ver con los “Colegios Mayores”.
Un libro cabecera de mesa de escritorio, que a través de las entrevistas del general Rafael Dávila, se va desgranando para el lector la situación actual de nuestras Fuerzas Armadas, sin perder de vista el glorioso pasado y el incierto futuro, cada vez no solo de la incertidumbre política del posicionamiento de España a nivel geopolítico, sino a la inseguridad jurídica que está infundiendo, no acertadamente, a la propia Institución de las propias Fuerzas Armadas.
Como nos dice el general Dávila: Quien se hace militar lo hace para el combate para la guerra, no se forman para pertenecer a una ONG con pistolas y estar desfilando. El Ejército siempre cumpliendo sus deberes con sacrificio y humanismo cristiano impregnado de la catolicidad de sus patronazgos, coadyuvando con las autoridades y ciudadanos en todos los lugares allí donde se desplazan, cumpliendo su servicio con deber a rajatabla y con los valores tradicionales de España que llevan inoculados en su prestancia y saber estar. Paz y Bien.