Aquí, vuestra servidora, dándole al teclado mientras me refresco con un gazpacho fresquito que me ha preparado mi abuela, la que siempre me dice que me ponga una rebequita, aunque estemos a 40 grados a la sombra. Y es que a las abuelas, ya se sabe, les preocupa todo. Igual que a mi padre, que no hay día que no me pida que revise las cuentas del banco, ¡que si "mira, hija, que esta es la única OnlyFans que te va a dar alegrías de verdad"!
Mi padre, que es más sabio que la enciclopedia de la Almería rural que tiene mi abuelo en la estantería, tiene toda la razón. Y es que OnlyFans, para el que ande un poco perdido y no sepa de qué va la cosa, es como un escaparate digital para adultos. Es una plataforma donde la gente crea perfiles, sube fotos y vídeos, y sus seguidores pagan una cuota mensual para ver ese contenido. La mayoría son modelos, actores porno, o gente que simplemente quiere hacer negocio con su cuerpo. Dejan a un lado las plataformas de toda la vida y se lanzan a la piscina de OnlyFans, con la promesa de la independencia y de un buen pellizco.
Pero al final, lo que me da la sensación es que toda esta revolución de la "libertad sexual" y de "empoderamiento" tiene truco. Mucha gente se mete en este lío con la idea de hacerse rica en dos días y lo que se encuentran es que tienen que competir por la atención en un mercado saturado. Y es que una cosa es ver el yate del dueño de la empresa, el señor Leonid Radvinsky, y otra muy distinta es la cruda realidad de los que se dedican a subir contenido. En mi cabeza no para de resonar una frase que me dijo mi tío Paco en el bar, mientras nos comíamos una tapa de cherigan: "El que siembra, cosecha". Y este hombre, ¡vaya si ha sembrado! Ha sembrado un jardín de billetes con las fotos de los demás.
Mientras la gente se deja los cuartos en suscripciones para ver a otros haciendo de las suyas, el señor Radvinsky se lo monta de lujo. Y aquí me viene a la mente el viejo dicho almeriense: "El que siembra, cosecha". Y este hombre, ¡vaya si ha sembrado! Ha sembrado un jardín de billetes con las fotos de los demás.
Me he quedado patidifusa al leer la noticia de que el dueño de OnlyFans se ha metido en el bolsillo más de 1.000 millones de dólares en los últimos tres años. ¡Mil millones! A ver, que yo no entiendo mucho de números, pero eso es una barbaridad. Es como si todas las sandías de El Ejido se juntaran y formaran una montaña de dinero. O como si el Cable Inglés fuera una rampa de oro macizo. ¡Una locura, vamos!
Así que ya lo sabéis, queridos almerienses. Las "recompensas" de la vida no siempre están en una pantalla. La verdadera "recompensa" es poder ir a la playa de Cabo de Gata sin preocuparte por el precio de la gasolina, o poder invitar a tu madre a comer unas migas a la taberna sin mirar la cartera. A ver si nos damos cuenta de que el OnlyFans que de verdad nos hace felices es el de nuestra cuenta bancaria. Y si no, que se lo pregunten al dueño de la plataforma, que seguro que él lo tiene más que claro.