www.noticiasdealmeria.com
No se puede vivir (sólo) del turismo
Ampliar

No se puede vivir (sólo) del turismo

domingo 23 de noviembre de 2025, 19:40h
Add to Flipboard Magazine. Compartir en Meneame

Escucha la noticia

Construir edificios de oficinas es bueno cuando hay previsión de empresas para ocuparlas. Construir viviendas para millonarios depende del número de millonarios. Los brindis al sol pueden cegar para dificultar aún más la ya perdida visión. Pues parece que los del lobby carecen de claridad en la vista y en las ideas, lo que crea interrogantes sobre el origen de su enriquecimiento. Constatar que el turismo no debe ser el principal agente económico de una Comunidad, menos aún si los verdaderos agentes económicos –tour operator y cadenas hoteleras- están fuera, constatarlo tan sólo está muy lejos de ser un valor; un valor sería ofrecer alternativas, medios. Simplemente porque un solo sector no puede sostener la economía y un sector estacional y cambiante, todavía menos. Parece que el gobierno andaluz, aprisionado por el lobby, espera la llegada del Espíritu Santo a resolverlo. Pues se lo pueden quitar de la cabeza, que ese espíritu no baja todos los días y no se encuentra camuflado entre las palomas de la Plaza de América, aunque todas sean blancas. Así que no vemos una paloma poniendo orden en este “fregao”. O quizá es más simple: que el despegue económico de Andalucía no entra en los planes del lobby, pues precisaría una seria re-industrialización; una banca andaluza y un comercio dirigido desde Andalucía. Tres sectores domiciliados en Andalucía, que tengan aquí sus intereses para que ingresen sus impuestos e inviertan en Andalucía.

Más que eso da la impresión –y no es simple riqueza imaginativa- que a estos la economía de Andalucía no despierta su espíritu emprendedor, más que nada por si pudiera llegar a competir con la de aquellos espacios físicos de donde les viene el poder. Asegurar la inexistencia de cualquier “veleidad” competitiva es ardua tarea heredada de quienes la empezaron hace más de doscientos años y después de tanto tiempo no vamos a cambiar. Es una fijación. Pero una realidad tan distinta como es la necesidad de mejorar y estabilizar el nivel de vida de una Comunidad de ocho millones y medio dentro y ni se sabe cuántos fuera —Almería, por ejemplo, ya ni puede contar los que salieron— queda fuera de la mentalidad de quienes gobiernan por casualidad, con una táctica política demasiado explotada en los grandes imperios; los que fueron y los que todavía no han caído.

De la misma forma que las crisis, por oportunas, siempre ayudan a hacer más grandes a los grandes para, en paralelo, empequeñecer a los más pequeños, limitarse a constatar una necesidad no permite resolverla. Se resuelve cuando se aplican remedios. Únicamente. La Junta de Andalucía, esta que venía a implantar “un nuevo estilo”, podría empezar ya, que se le va el tiempo. Empezar a poner en marcha un plan de crecimiento industrial. De mecanización e industrialización del sector primario. En vez de cerrar, abrir empresas de transformación, de conservas vegetales. Recuperar cultivos tradicionales como el algodón, la remolacha y la caña de azúcar, o el sector textil y el azucarero. Sanitarias. Si en su momento Andalucía respondió y resolvió en gran medida la falta de EPIs ¿por qué no aprovechar esa fuerza y reabrir las empresas textiles abandonadas? ¿Por exigencia de la UE? ¿Para eso es para lo que sirve? Pues que la Unión Europea reviente por la “desobediencia”, pero la pérdida de estos sectores es mucho más voluminosa que las subvenciones para mejorar carreteras y hacer aeropuertos innecesarios.

No es posible extrañarse del centralismo ciego practicado por los gobiernos de España. Pero eso no respalda otras inacciones. El gobierno andaluz debería saber que recrearse en el enfrentamiento con “los otros” no va a sacar Andalucía de su endeblez económica endémica. Para eso hay que ponerse a trabajar.

Rafael Sanmartín

Estudió Filosofía y Marketing y es especialista en Historia. Ha trabajado en prensa, radio y TV. Obtuvo el premio 'Temas' de relato corto por El Puente (1988), así como el '28-F' (2001), por La serie La Andalucía de la Transición, emitida por Canal Sur Televisión. De su producción literaria cabe destacar: El País que Nunca Existió (1977), El Color del Cristal, novela (2001), La Importancia de un Hombre Normal, que narra la biografía de Blas Infante, (2003), Historia de Andalucía Para Jóvenes (2005), Grandes Infamias (2006) y De Aquellos Polvos... La Autonomía y sus orígenes históricos (2011) Para el autor "la Historia es el espejo donde podemos vernos y conocernos, aunque, como está escrita por los vencedores, debe analizarse con espíritu crítico para poder interpretarla".