Periodistas
miércoles 04 de febrero de 2015, 07:26h
Add to Flipboard Magazine.
Los profesionales de la información, merecen el reconocimiento de toda la sociedad, como grandes generadores de transformación social en las adormecidas democracias.
Ya sabe usted como se siente uno, cuando con toda la buena intención y la esperanza de ser atendido y escuchado, en cualquier organismo (público o privado) o institución (empresarial o profesional), ni siquiera ha sido citado para exponer sus pretensiones.
¿Qué sería de nosotros? Carentes de poder, sin la existencia de los defensores de la realidad, de los informadores de tantas injusticias, de escándalos empresariales y políticos, de fraudes en todo tipo de instituciones.
Siempre que me he acercado a cualquier periodista, de cualquier medio de comunicación, me he sentido comprendido y apoyado.
Son grandes catalizadores sociales, sabedores de los acontecimientos presentes, y grandes lectores de la realidad futura.
Todos sabemos que nos debemos a las empresas para las que trabajamos y a las que les prestamos nuestros servicios, y ello da lugar, en muchas ocasiones a sufrir determinadas presiones propias de la actividad que ejercemos. Ahora bien, estos profesionales, con una inteligencia y una percepción de lo que acontece, saben transmitir todo tipo de acontecimientos y de propuestas innovadoras, con el sentimiento del deber cumplido.
Son, para mí, un gran ejemplo de lo que es el concepto profesionalidad, pasan desapercibidos estando presentes en todos los rincones más insospechados.
Vocacionales natos, capaces de involucrarse en redes mafiosas para hacer trabajos de investigación, de viajar a lugares lejanos, donde la conflictividad bélica es extremadamente peligrosa. Su vocación, y lo han demostrado a lo largo de la historia, es el servicio a la sociedad, teniéndola informada y apoyando las reivindicaciones de tantos seres humanos carentes de poder, indefensos ante las maquinarias institucionales y los círculos de poder.
No están bien pagados para la gran contribución que aportan a la sociedad. Los considero a cada uno de ellos “directivos” de una gran empresa llamada DEMOCRACIA y progreso social.