Mena y Molina, progresistas

Hace una semana el alcalde de alcalde de Albox, el socialista Rogelio Mena, rendía homenaje al rector de la Universidad de Almería, Pedro Molina, a quiene el Consistorio declaraba Hijo Predilecto en un acto amenizado por un piano y el coro universitario para darle mayor realce.

Un mes antes aproximadamente, cuando ya se había anunciado el otorgamiento de esta distinción, Molina no tenía reparos en interrumpir a la propia presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, para abroncar a los periodistas que le preguntaban sobre el futuro político del imputado Mena, en ese momento aún secretario de Ideas y Programas del PSOE-A. Al rector no le gustaban esas preguntas impertinentes sobre el alcalde de su pueblo.

Ahora el rector está en Berlín, pero no crean que para solventar asuntos relacionados con la Universidad, no. Él mismo justifica el traslado de "una delegación de la UAL" -o sea, que no va solo- con la excusa de reunirse con empresas de Almería asistentes a Fruitlogística. Sí, seguro que usted y yo hemos pensado lo mismo ¿y no se podían haber reunido en Almería?

Pero si tenemos un rector viajero, que ya ha estado en Brasil, México, o China a costa del erario público -han sido más viajes seguro, aunque reconozco que puedo equivocarme en alguno de los destinos mencionados, porque el secretismo en la UAL es tal que de esto no se informa- el que más famoso se ha hecho por sus desplazamientos en las últimas fechas es su alcalde, Mena.

El primer edil albojense, que intenta en vano hasta el momento eludir la acción de la Justicia, se ha hecho famoso en toda España por sus viajes a Madrid y Sevilla, uno o dos a la semana, siempre con noches de hotel por medio, siempre con comidas, y siempre sin explicar las razones de los mismos. Sí, y siempre pagados con dinero público.

A ese secretismo sobre los motivos -curioso por otro lado, ya que enseña las facturas de sus gastos sin pudor, pero no dice a qué se deben- hay que añadirle que contratara a una abogada de Madrid para la defensa de los intereses municipales, por lo que además de sus honorarios se le ha tenido que pagar dietas por desplazamiento hasta Albox. Tal vez ni el secretario municipal no le valía de letrado, ni en Albox ni su comarca hay abogados, ni tampoco los hay en Almería... había que ir a Madrid a contratar a una letrada y hacerlo además sin concurso de ningún tipo -o al menos no ha informado de que se haya seguido este procedimiento-.

Ahora vemos que él la piropea en Facebook ante un plato de calamares, y que aunque ella ya no trabaja para el Ayuntamiento, sí le acompaña al pleno de la Diputación, se pone a su lado y le susurra al oido qué debe responder a los medios de comunicación, y vemos que el gabinete de prensa distribuye una foto del alcalde en la que pide la declaración de zona catastrófica de su municipio, y que en la imagen aparece ella también, que nada tiene ya que ver con el Ayuntamiento (Mena informó en diciembre que dejaba el trabajo por el acoso al que estaba siendo sometida).

El dinero público no debería servir para costear la diversión privada, pero igual este es un concepto antiguo, conservador y poco progresista. Por que eso sí, Mena y Molina si son algo, son progresistas.