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Con la gabardina de Plà
jueves 23 de abril de 2015, 18:18h
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Admirado escritor en catalán y castellano, sí, pero espía también. Así era Josep Plà, según una extensa investigación basada en nueve archivos consultados, 82 artículos y 223 libros referenciados y 808 notas que permitieron al periodista Josep Guixà publicar el libro Espías de Franco. Josep Pla y Francesc Cambó.
Personaje confuso en su identidad que utilizaba de modo habitual el anonimato para escribir soflamas contra la II República en ciertos diarios catalanes y madrileños, formó parte del Servicio de Información de Fronteras del Nordeste de España (SIFNE), y tenía asignado el número 10.
Un buen día, Número 10 pasó una nota en la que decía textualmente "no tengo gabardina". ¿Qué quería decir Número 10 con esa frase? El reporte corrió de mesa en mesa y de despacho en despacho de propios y enemigos, pero nadie acababa de comprender aquel mensaje cifrado tan conciso. ¿Quería decir, tal vez, que nadie le "cubría", que estaba "desprotegido"? ¿sería quizá, que le iba a "llover" información? ¿o que se había "mojado" en algún asunto y pedía ayuda?
En la puerta de una cafetería de la calle Navarro Rodrígo de la capital almeriense, alguien que ni es escritor, ni es catalán, ni es espía, me decía "los míos no están entendiendo nada", y no se refería al mensaje encriptado de Número 10, si no al devenir de la situación de su partido, al sistema de elección de candidatos, la confección de listas, a los modos y maneras en que se siguen gestionando las cosas internas.
A Plà finalmente sus jefes lo contactaron para que aclarara qué quería decir con aquello de "no tengo gabardina". Y Plà, probablemente en castellano pero imbuido de esencia catalana, contestó que sólo eso, que "no tengo gabardina", que era otoño, que entraba el invierno, y que no tenía dinero para comprase la gabardina que necesitaba, y que ese mensaje era la única manera que se le había ocurrido de que las altas esferas se interesaran por su paupérrima situación.
La historia no cuenta -o al menos a mi no me ha llegado- si finalmente le compraron la gabardina, pero a veces resulta que los mensajes obvios a algunos se les hacen difíciles de entender.
Mi interlocutor me insistía en que "los míos no están entendiendo nada", y eso sólo quería decir que ya es más de uno el que piensa así, y por eso algunos hablan... y hablan entre ellos, y hablan con los demás. Que "los míos no están entendiendo nada" se refiere a las encuestas, se refiere a las candidaturas alternativas que florecen y cogen color, se refiere a que la gente ya no es tan dócil a la hora de votar, se refiere a que se pueden quedar sin gabardina justo en lo más crudo del invierno.
Puede alguno pensar que en Almería el invierno tampoco es tan duro como para preocuparse por una gabardina, pero basta mirar resultados electorales del pasado para comprobar que aquí, que también aquí, hay ocasiones en las que aprieta el frío. Y que cuando el frío se te mete en los huesos, echarlo necesita de mantas, caldos y tiempo.
Sin tomarnos ni un café, yo seguí a mi cita y les dejé allí, y la verdad, no vi a nadie con gabardina; será por que esto es Almería.
Es una información de noticiasdealmeria.com:..
Editor de Noticias de Almería
Periodista.
Autor de "No les va a gustar", "Palomares en los papeles secretos EEUU", "Bandera de la infamia", "Más allá del cementerio azul", "Covid19: Diario del confinamiento" y la novela "Todo por la patria"
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directornoticiasdealmeriacom/8/8/26
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