De momento, y que se sepa, nadie en el PSOE ha asumido responsabilidades por los pésimos resultados electorales desde que Pedro Sánchez fue elegido secretario general, ni ha habido una reflexión sobre los motivos, y muchos menos propuestas de solución.
Sánchez no ha asumido responsabilidades, puesto que le han obligado a dimitir, pero no está claro el motivo. ¿Ha sido por los malos resultados? ¿ha sido por no facilitar la investidura de Mariano Rajoy? ¿ha sido por no lograr su propia investidura?
Pues a esas preguntas nadie ha respondido, y es que hacerlo es tomar posición, y ya se sabe que en política, lo de tomar posesión se lleva con alegría, pero lo de tener y mantener una posición, es otra cosa, y tiene sus riesgos.
Si le hacen dimitir por los malos resultados, que Susana Díaz se aplique el cuento, que desde que es secretaria general del PSOE-A, éste sólo va reduciendo su número de votos, y en las pasadas generales además se tradujo en una rotunda victoria del PP-A en votos y escaños. Y si nos vamos a niveles provinciales, la cosa mantiene la misma tónica, es decir, malos resultados y cero dimisiones.
Si los rebeldes ahora tornados en oficialistas, han montado todo esto porque consideran que la actitud de Pedro Sánchez en el tema de la investidura es lo que ha provocado esos malos resultados, hubiera bastado con que el mismo órgano que le mandó no permitir un gobierno del PP, ahora le hubiera ordenado lo contrario. Y si lo que estimaban oportuno es facilitar un pacto con Podemos y los independentistas, habría sido suficiente una reunión y decidirlo.
Ahora vamos a asistir al siguiente esperpento para salvarle la cara a Susana Díaz, y que ésta llegue inmaculada a la secretaría general del PSOE y se postule como candidata a presidenta del Gobierno central. Será la gestora la que tome la decisión de abstenerse, de tal forma que esa postura no manche el camino alfombrado de la presidenta andaluza… de eso se trataba ni más ni menos.
La abstención es la única vía para evitar unas nuevas elecciones que dejarían al PSOE a la altura de esa alfombra que, por muy roja que sea, no deja estar pegada al suelo, y Susana Díaz tendrá un tiempo que de lo contrario no tendría, para lograr sus objetivos.
Y si no se abstienen y mantienen el “no es no”, más de uno se preguntará entonces, a qué ha venido este espectáculo bochornoso, nada equiparable al del resultado electoral que para ellos tendrá la repetición de unas elecciones.
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