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Almería es Andalucía (I)
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Almería es Andalucía (I)

miércoles 12 de octubre de 2016, 10:40h

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Pese a la corriente surgida hace poco, por fortuna muy minoritaria, podemos y debemos afirmar: Almería no sólo es parte integrante de Andalucía: es la base de Andalucía. Digamos con exactitud: Andalucía "nace" en Almería. Ateniéndonos a los hechos probados, la cultura del Argar, la cultura de Almería, la más antigua de Europa, en vez de seguir la tendencia normal, a extenderse por la orilla del mar o, en todo caso, por los lechos de los ríos, primero cruza la cordillera Penibética y se extiende hacia el Oeste. De su instalación en la depresión del Guadalquivir, nace el pueblo de los "Curetes", quienes realizan el larguísimo periplo de cruzar el Estrecho y recorrer todo el norte de África, para volverse al cabo de varios cientos de años (los viajes se hacían a pie, con toda la familia al completo. Aún no se había inventado la rueda ni las herraduras para los caballos). Al llegar de nuevo frente a las costas andaluzas, reciben de sus parientes el nombre de "íberos" (los de la otra orilla; los del lado de allá). Cruzan y se fusionan de nuevo. Los últimos reyes curetes, descubridores de la agricultura y la apicultura, se mezclan con los primeros tartessos.
Los límites de Tartessos y de su descendiente directo, Turdetania, todavía son imprecisos. Según los últimos descubrimientos, ocupaba desde el actual sur de Portugal y la actual provincia de Badajoz, al oeste, hasta más allá de Cartagena, al este. "Mastia", nombre anterior a la llegada de los cartagineses, que se lo cambiaron, era uno de los estados de la Confederación tartesia. Recientes descubrimientos en Totana, lo demuestran.
Si Tartessos ocupaba la mayor parte de la actual provincia de Murcia, incluso el sur de la de Alicante, hasta Orihuela, es evidente que Almería estaba dentro.
Solamente durante un espacio de tiempo muy breve, del reinado de Caracalla, una pequeña parte del territorio que hoy forma la provincia almeriense, quedó adscrita a la Cartaginense. Durante todo el resto del Imperio romano, siempre formó parte de la Bética que, como Tartessos, llegaba por el noroeste hasta Mérida y por el este hasta cerca de Orihuela, o quizá la incluyera. Perteneció al Convento Jurídico astigitano, lo que prueba que se hallaba dentro del territorio del anterior Tartessos y de la actual Andalucía. No merece la pena mencionar la dominación cartaginesa, pues se trató de una simple dominación imperialista y no estableció ningún tipo de divisiones administrativas.
Lo mismo ocurre con la dominación visigoda, que tampoco hizo divisiones y, además, conquistó esta zona muy tardíamente, pues se mantuvo bajo administración bizantina hasta muy avanzado el siglo VI.
No hay nueva división administrativa hasta el Emirato de Córdoba. Pero, contra la errónea especie, que atribuye el nombre de "Al Andalus" a toda la península, en realidad se dividió en cuatro provincias:al Xarq (Levante); al Musata (La Meseta); al Garb (el oeste, aproximadamente la antigua Lusitania), y al Andalus. En una entrada anterior hemos analizado la procedencia del nombre. Recordemos aquí que se trata tan sólo de la traducción al árabe del griego "Atlántida" (lugar del Agua).

Abajo: la península durante el Alto Imperio. División en provincias y conventos jurídicos. Se puede ver cómo la provincia Bética supera con creces los límites de la actual provincia de Almería.

Rafael Sanmartín

Estudió Filosofía y Marketing y es especialista en Historia. Ha trabajado en prensa, radio y TV. Obtuvo el premio 'Temas' de relato corto por El Puente (1988), así como el '28-F' (2001), por La serie La Andalucía de la Transición, emitida por Canal Sur Televisión. De su producción literaria cabe destacar: El País que Nunca Existió (1977), El Color del Cristal, novela (2001), La Importancia de un Hombre Normal, que narra la biografía de Blas Infante, (2003), Historia de Andalucía Para Jóvenes (2005), Grandes Infamias (2006) y De Aquellos Polvos... La Autonomía y sus orígenes históricos (2011) Para el autor "la Historia es el espejo donde podemos vernos y conocernos, aunque, como está escrita por los vencedores, debe analizarse con espíritu crítico para poder interpretarla".