Almería es Andalucía (II)
miércoles 19 de octubre de 2016, 07:49h
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En esta segunda entrega es necesario insistir en desmontar el error que, pese a nuestros esfuerzos, se sigue manteniendo por parte de personas que, al parecer, sólo leyeron un comentario en toda su vida y lo dan por única certeza: al Andalus NO es la península ibérica. Ni siquiera el Califato en su momento de mínima extensión. Los reinos de Lérida, Valencia y Zaragoza, NO fueron andalusíes. Fueron hispánicos, pero no andalusíes. En la entrega anterior se ha explicado que el Emirato se dividió en cuatro provincias, por lo tanto, sólo pueden ser andalusíes los reinos creados tras la desaparición del Califato, en la provincia de al Andalus. Esos reinos, finalmente, quedaron convertidos en cuatro: Almaryya, Garnata, Málaga e Ixvilia. Es importante aclarar que el de Granada fue el reino Zirí, casi dos siglos antes de la formación del nazarí. En la celebración del milenario, la Junta de Andalucía confundió ambos reinos. El de Almería tenía su capital en Pechina. El de Sevilla abarcó, en su máxima extensión, desde Lisboa hasta Orihuela; dentro quedaban la zona de Los Velez y otras colindantes, hoy incluidas en la provincia de Almería. El caso es que de nuevo queda claro que la Almería actual, capital y provincia, ya estaba entonces integrada en al Andalus-Andalucía, de la que formaban parte, como la habían formado durante la confederación turdetana y durante el Imperio romano. Quienes hablan de una formación independiente, o de la adscripción de Almería a la provincia de al Xarq, o tienen el atrevimiento de hablar sin conocer la verdad, o simplemente, mienten. Lo mismo ocurría con los reinos de Granada y Málaga, plenamente situados dentro de la anterior provincia de al Andalus. Por lo tanto, asegurar que "Andalucía "sólo" es el Valle del Guadalquivir, es una gran y lamentable falacia. Falacia alimentada en el hecho de que, durante una parte de la Edad Moderna, se llamara "Andalucía" a la zona conquistada por Castilla en el siglo XIII, y "Granada" al antiguo reino de ese nombre. Se tratará esto en una próxima entrega. La intención de al Mutamid, rey de Sevilla, aconsejado por su Gran Visir Ibn Ammar, fue reunificar los reinos de Taifas y reconstruir el Califato, para tener fuerza para defenderse de los ataques de Castilla. Al comprobarse que sería imposible unificar los reinos de Zaragoza, Lérida, Albarracín y Valencia, se optó por la posibilidad de crear dos entidades, una con capital en Zaragoza y otra en Córdoba. Pero al Mutamid rehuyó el enfrentamiento con otros reinos andalusíes, razón por la cual no se produjo la unificación de los cuatro. Ni siquiera quiso aceptarlo, cuando el reino zirí de Málaga planteó separarse del de Granada y sumarse al de Sevilla. Sí integró el de Murcia, por ser el familiar más cercano del último rey murciano. Murcia, de esta forma, volvía a formar parte de la entidad andalusí, como antes lo había formado de la Turdetania y, en gran parte, de la Bética. Por lo tanto, cuando algún centralista "razona" que Almería tiene mucho que ver con Murcia, hay que recordarle que Murcia tiene mucho que ver con Andalucía.
Estudió Filosofía y Marketing y es especialista en Historia.
Ha trabajado en prensa, radio y TV. Obtuvo el premio 'Temas' de relato corto por El Puente (1988), así como el '28-F' (2001), por La serie La Andalucía de la Transición, emitida por Canal Sur Televisión.
De su producción literaria cabe destacar: El País que Nunca Existió (1977), El Color del Cristal, novela (2001), La Importancia de un Hombre Normal, que narra la biografía de Blas Infante, (2003), Historia de Andalucía Para Jóvenes (2005), Grandes Infamias (2006) y De Aquellos Polvos... La Autonomía y sus orígenes históricos (2011)
Para el autor "la Historia es el espejo donde podemos vernos y conocernos, aunque, como está escrita por los vencedores, debe analizarse con espíritu crítico para poder interpretarla".
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