Si algo nos va a dejar claro el congreso –llámenlo asamblea… que es como más moderno- de Podemos el fin de semana, es qué quieren ser de mayores, como una semana antes nos lo aclaraba Ciudadanos.
Albert Rivera no ha tenido problemas en transmutarse políticamente, y pasar de ser un convencido socialdemócrata, a ser un convencido liberal progresista. Es decir, ha pasado de querer ocupar el espacio del PSOE, a querer ocupar el del Partido Popular; y por si fuera poco, no conforme con atribuirse la herencia de Adolfo Suárez y su UCD –que acabó encarnándose mayoritariamente en la formación que hoy preside Mariano Rajoy-, ahora nos viene con los liberales de Cádiz, aquellos que, por ejemplo, escribían negro sobre blanco su Constitución de 1812 “En nombre de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, autor y supremo legislador de la sociedad”, y en la que se establecía la pérdida de la nacionalidad española por estar en paro.
Pues mientras Rivera analiza el modo de entroncarse con los Reyes Católicos, le recordamos que aquellos liberales defendían al absolutista Fernando VII, al que conferían el título de Su Majestad Católica, y le declaraban como “sagrado”, como “inviolable” y “no sujeto a responsabilidad”, todo lo cual ha sido heredado por la monarquía actual.
Conocemos por tanto, que la estrategia de Ciudadanos es comerle espacio al PP, colocándose en su mismo ámbito, pero en plan moderno… un PP 2.0 que diría –si lo dijese- el anticapitalista Miguel Urbán, que usó ese término para referirse a que algunos quieren hacer de Podemos una IU. 2.0
Y ese es el tema, que dejando al margen la pelea de gallos y gallinas, lo que en el gallinero se debate es si de mayores quieren ser el PSOE o Izquierda Unida, si hay que buscar ampliar el electorado hacia el centro, o si hay que hacerlo hacia la izquierda.
No hay diferencias ideológicas de fondo en Podemos, pero sí entre el PSOE e Izquierda Unida, por lo que en realidad, de lo único que se trata es de elegir qué estrategia es la mejor para llegar al poder. Podemos, es sólo eso, una estrategia para tomar el poder al asalto… y ese asalto puede ser desde la calle, o desde las propias instituciones democráticas.
No es que Iñigo Errejón sea más “sociata” y Pablo Iglesias más “rojo”, no. Sólo difieren en la estrategia electoral, en si hay que intentar hacerse con el votante socialista moderado –el no moderado ya se fue del PSOE hace tiempo-, o hay que… ¿qué? ¿dónde están los votantes a por los que va el secretario general de Podemos?
Quienes detesta Podemos, lo que desean es que gane Pablo Iglesias, lo que dejará a esta formación reducida a una Izquierda Unida… sí, tal vez con más votos, o quizá no tanto, si descontamos las confluencias; y lo que esos mismos temen es que gane Errejón, capaz de llegar a acuerdos con el PSOE –también con el de Susana Díaz si llegara el caso, y con el de Patxi, y con el de Pedro…- pero quien además podría erigirse como la nueva referencia socialdemócrata española… ahora que Rivera le ha dejado el sitio libre.