La incoherencia de Susana en Bruselas

Alguien tendrá que decirle pronto a la presidenta de la Junta, Susana Díaz, que su sueldo mensual sale de las partidas presupuestarias destinadas a satisfacer los honorarios de la persona que preside el Gobierno Andaluz. Puede que ella piense que es una estadista global reclamada por los foros más importantes del mundo para escuchar sus impagables reflexiones. Pero no es así. Ella no trabaja de conferenciante, de analista o de consultora, sino como Presidenta de la Junta de Andalucía y, por tanto, su prioridad, su deber y su ámbito de actuación está en Andalucía, que es una Comunidad azotada por el paro y gravísimas carencias que a ella, por lo visto, ni le ocupan ni le preocupan. Como muestra de lo que digo baste señalar la más reciente salida al exterior de doña Susana, en este caso a Bruselas, en donde no sólo ha ido a dar muestras de su escaso compromiso con Andalucía, sino de su escaso apego al decoro. Y es que hace falta tener poco respeto a la opinión ajena cuando fue capaz de ir a la Comisión Europea a exigir a Europa más controles para los fondos de empleo. Es decir, que la presidenta de la comunidad autónoma europea que acumula mayores niveles de descontrol y fraude en los fondos públicos tiene el coraje de ir a Europa a dar lecciones de transparencia. El mundo al revés. ¿Acaso puede dar la señora Díaz lecciones de gestión en políticas de empleo? No parece lógico que la presidenta de una comunidad cuyo gobierno está manchado por la indeleble evidencia del saqueo, el descontrol y el robo se permita el lujo de exigir rigor y transparencia a nadie. Y no es que esto lo diga yo, sino que lo confirma, entre otros, la actuación de la Cámara Andaluza de Cuentas cuando trata de esclarecer las relaciones entre la Junta de Andalucía y la UGT, que vienen a demostrar algo que hemos dicho desde el Partido Popular Andaluz desde hace mucho tiempo: que la utilización de los fondos para el empleo en Andalucía ha sido un absoluto fracaso, con eternas promesas de resultado cero que sólo generan frustración y revelan falta de capacidad e iniciativa de la Junta. Pero lo más lamentable no es la evidente falta de coherencia y exceso de sobreactuación que supone plantarse en Bruselas a pedir transparencia teniendo la que tienes montada en Andalucía, sino que todas estas apariciones mediáticas no sirven más que para mejorar el álbum de fotos de doña Susana. Nada de esto crea empleo. Nada de esto promueve un marco estable de estímulo para las pequeñas y medianas empresas.