Justo en mitad de la nada

Si la escena política pudiera contar con localizadores por satélite, la ubicación de Susana Díaz al cumplirse el segundo año de las elecciones autonómicas sería “justo en mitad de la nada”. Dos años después de la consulta electoral que ganó el PP y que propició el pacto bipartito PSOE-IU para gobernar la Junta de Andalucía torciendo la voluntad de los votantes andaluces, la presidenta de la comunidad española con mayores déficits en calidad de vida democrática se encuentra en un desierto de realidades pretendiendo engañar a los andaluces con espejismos y propaganda. El ejemplo más reciente para Almería lo tenemos en ese fantasmagórico plan de empleo especial que doña Susana vinculó al derribo del hotel Algarrobico antes de que el TSJA sentenciase urbanizables esos suelos. ¿Qué pasa con las esperanzas de los desempleados que la creyeron, doña Susana? Desinformación, mentiras y titulares. Así pierde el tiempo y malgasta nuestros recursos la heredera de un sillón manchado por la sospecha de sus anteriores usuarios, Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Y lo cierto es que doña Susana lleva dos años presidiendo un gobierno de vendedores y vendedoras de humo, incapaz de mostrar pulso político o ideas que vayan más allá de la ocurrencia políticamente correcta. Un gobierno lastrado por la necesaria y bien pagada presencia de elementos radicales y pintorescos de la coalición Izquierda Unida, que llevan dos años instalados en la pancarta y en el despacho oficial, sin dar muestras de tener alguna capacidad de resolver los problemas reales de los andaluces y aportando a la historia del despropósito afirmaciones como que un plan de carriles bici va a ser la “palanca de transformación económica de Andalucía”. Pero si algo ha demostrado en todos estos meses la presidenta de la Junta de Andalucía, además de su afición por ampliar su álbum de fotos, es que tiene la misma falta de ideas, de trabajo y de voluntad que los predecesores que tuvieron que salir corriendo de la presidencia de la Junta para evitar el cerco de las investigaciones judiciales. Y para muestra de esta parálisis, un simple dato: en 93 sesiones del Consejo de Gobierno, la Junta no ha aprobado ni una sola reforma de calado. En el mismo tiempo, el Gobierno de la Nación ha aprobado 73 proyectos de ley. Y así es normal que mientras otras regiones de España apuntan a la salida de la crisis, Andalucía continúe en la cola de todos los indicadores tanto económicos como sociales. Por tanto, nada que celebrar en este aniversario.