La publicación ayer en el Boletín Oficial del Estado de una licitación para el suministro de traviesas del tramo final del AVE Murcia-Almería certifica lo que los almerienses temían: las obras se prolongarán inevitablemente más allá de 2027, incumpliendo por enésima vez los plazos prometidos por el Gobierno. ADIF Alta Velocidad abre ahora un proceso de 20 meses para suministrar traviesas "biblogue" y placas prefabricadas en el tramo Lorca-Vera-Almería, un contrato valorado en 7 millones de euros que retrasará la conclusión de las obras hasta inicios de 2028 como mínimo, ya que tras licitación viene el proceso de adjudicación.
Este anuncio formaliza lo que venían anticipando los técnicos: ni siquiera en el mejor escenario, con adjudicación a finales de este año, podría terminarse antes de septiembre de 2027 este segmento crítico. La contradicción con las promesas políticas resulta flagrante. Ya en 2018, al inicio de la legislatura, el Gobierno socialista fijó 2023 como fecha de conclusión. Posteriormente, el plazo se desplazó primero a 2025 y luego a 2026. El pasado abril, el ministro Óscar Puente aún insistía en que la línea estaría operativa "dentro de esta legislatura", que concluye en 2027.
Pero la realidad de los pliegos desmiente rotundamente ese horizonte. Con las obras de instalación de traviesas extendiéndose hasta finales de 2027, sumadas a las fases pendientes de electrificación, balizamiento y pruebas de seguridad, la puesta en servicio no podría producirse antes de 2028. Este retraso se superpone además al cuello de botella del soterramiento en la capital almeriense, donde según reveló esta semana Noticias de Almería, la dirección de obra prevé terminar solo la segunda fase en octubre de 2026, dejando cuatro fases pendientes que, con una duración estimada de casi cuatro años (unos 45 meses ajustados), retrasarían la conclusión de esta infraestructura clave hasta 2030.
La licitación publicada ayer confirma así un patrón de retrasos estructurales que compromete la credibilidad de los cronogramas oficiales. Mientras las administraciones insisten en plazos inviables, los boletines oficiales siguen desvelando la cruda realidad: Almería deberá esperar, como mínimo, hasta 2028 para ver circular el primer AVE, una década después de las promesas iniciales y con el soterramiento pendiente como espada de Damocles sobre la operatividad final del corredor.