En las elecciones europeas de 2024, la figura de Alvise Pérez y su partido "Se acabó la fiesta" han surgido como una anomalía en el panorama político español, gracias a la falta de actualización de la legislación electoral española. España se destaca como el único país de la Unión Europea que no ha transpuesto la reforma del Acta Electoral de la UE, propuesta para evitar distorsiones en la representación.
La Unión Europea había propuesto una reforma del Acta Electoral que establecía un umbral mínimo de votos para entrar en el reparto de eurodiputados. Esta medida tenía como objetivo prevenir la fragmentación excesiva del voto y garantizar una representación más equilibrada. Sin embargo, España no ha adoptado esta reforma en su legislación nacional. Como resultado, las actuales reglas permiten que candidatos y partidos con un apoyo reducido, como Alvise y su partido, obtengan representación.
La implementación de la norma europea habría excluido a Alvise y a su partido "Se acabó la fiesta" del Parlamento Europeo, debido a no alcanzar el umbral mínimo de votos. Sin embargo, este no es el único caso significativo. Los socios nacionalistas e independentistas del Gobierno, aliados del PSOE, también se habrían visto afectados. La falta de esta barrera electoral ha beneficiado no solo a pequeños partidos emergentes, sino también a estos socios del Gobierno, permitiéndoles mantener una representación desproporcionada en el Parlamento Europeo.
La decisión de no transponer la legislación europea parece haber sido estratégica. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habría tenido un fuerte incentivo para mantener el status quo. La implementación del umbral mínimo podría haber debilitado a los socios nacionalistas e independentistas del PSOE, reduciendo su influencia tanto a nivel nacional como europeo. Al no adaptar la reforma, Sánchez garantiza el apoyo continuo de estos aliados, cruciales para la estabilidad de su gobierno.
La negativa a actualizar la legislación electoral refleja una maniobra política que beneficia tanto a partidos emergentes como "Se acabó la fiesta" como a los socios del Gobierno. Esta situación plantea preguntas sobre la equidad y la efectividad del sistema electoral español en comparación con otros países de la UE que sí han adoptado la reforma.
Desde una perspectiva democrática, la falta de un umbral mínimo puede ser vista como una oportunidad para una mayor pluralidad de voces en el Parlamento Europeo. Sin embargo, también lleva a una representación fragmentada y potencialmente desequilibrada, dificultando la formación de mayorías estables y la toma de decisiones efectivas. Además, esta anomalía subraya la necesidad de actualizar las leyes electorales para alinearse con los principios democráticos y los estándares europeos.
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