Podríamos comenzar diciendo que los presupuestos de la Junta de Andalucía para 2018 son repetitivos en relación para Almería, pero no sería cierto, se han hecho algunas cosas previstas en los últimos ejercicios, y se han incluido algunas nuevas. Esa es la verdad.
El problema que tienen los presupuestos que presenta cada año el Gobierno andaluz, ahora con Ciudadanos, como antes fue con Izquierda Unida, antes con el Partido Andalucista, o en solitario, es que lo prometen todo, que no hay necesidad que los almerienses hayan demandado que no tenga su hueco en ellos.
Sí, alguna excepción encontramos a esta afirmación que permite –según el dicho- confirmarla, y es el caso del Hospital Materno Infantil, que tras ir presupuestado varios años, se acabó sacando de ellos con el pretexto de que “es prioritario” pero se haría “cuando haya disponibilidad”.
El problema es ese, que todos los años se mete todo, y al final solo se hace lo que se hace, que no objetivamente no es mucho.
El Materno Infantil mencionado, debía haber visto nacer varias generaciones de almerienses desde que lo presentó Manuel Chaves, desde que puso la maqueta, desde que estaba en carteles electorales, desde que se puso la primera piedra… y qué decir del Cable Inglés, que tras incluirse cada año durante muchos ejercicios, desapareció de los mismos y nunca más se tuvo noticias, hasta que ¡descubrió! la Junta que era propiedad de la Autoridad Portuaria y por tanto, que allá ella y su esqueleto oxidado.
Pero sí, se ha hecho el IES de El Toyo ¿pero después de cuantos años incluidos en los presupuestos? Y parece que ahora va en serio la puesta en servicio de la Casa del Mar ¿después de cuantas veces prometido?
El problema es ese, que todos los años se mete todo, y al final solo se hace lo que se hace, que no objetivamente no es mucho.
Y cómo no, el caso pintoresco de la instalación eléctrica de la Alcazaba, que aparece sistemáticamente en los últimos cinco presupuestos, con su millón y medio de euros no invertidos.
Y el curioso caso del vuelo Almería-Sevilla, que después de casi una década incluida la subvención en la Consejería de Fomento, desaparece de ahí, pero el Gobierno andaluz insiste en que está presupuestado. Habrá que creerles ¿no?
Pero tenemos la carretera Berja-Dalías, que lleva años pasando de un presupuesto a otro a pesar de ser calificada de “prioritaria”, como actuaciones de seguridad viaria en Vera, Cuevas, Garrucha, Pulpí… igual, “prioritarias” pero que no se hacen a pesar de presupuestarse una y otra vez. Y no entremos en la autovía del Almanzora, que ya es para llorar.
El problema de prometerlo todo, como hace el Gobierno andaluz, es que lo que se hace, deja de tener valor ya que la ciudadanía lo da por amortizado, y son otras las necesidades, que también vuelven a ir a los presupuestos, pero esas no se hacen.
La desafección de los almerienses con el Gobierno andaluz crece, pero no solo la de los almerienses, también la del resto de los andaluces, como lo demuestra la caída sistemáticamente de votos al PSOE en los tres últimos lustros. Solo el apoyo de otras formaciones ha permitido a los socialistas seguir en el Gobierno.
A fuer de acabar provocando que el lector exclame “mal de muchos, consuelo de tontos”, recordaremos que el Partido Popular emitió una nota de prensa con el título “Sevilla es la última provincia en los presupuestos de la Junta de Andalucía”.