Se aproxima la aprobación de los presupuestos del Ayuntamiento de Almería, y una vez más, aunque algunos quieran ponerle tensión al desenlace, lo cierto es que no hace falta un spoiler para saber cómo acabará todo. Presupuestos aprobados con el voto favorable del PP, el apoyo de Ciudadanos y la oposición de PSOE e Izquierda Unida.
Cuando el portavoz socialista, Juan Carlos Pérez Navas, aseguró que no estaba dispuesto a participar en el “circo” de las reuniones y más reuniones con el equipo de Gobierno, hubo quien le criticó la expresión, pero más allá de lo afortunada o no de la misma –y no olvidemos que se trata de política, y la elección de una palabra puede marcar la diferencia entre ser titular destacado o acabar reducido a mínima columnilla en página par- no le faltaba razón en que hay cosas que no dan más de sí.
Hace un par de años, Ciudadanos se abstuvo en la votación de los presupuestos, permitiendo así que resultaran aprobados por la mayoría del PP. Los actuales, contaron con su voto favorable, y eso tras asegurar su portavoz, Miguel Cazorla, que los compromisos anteriores no se habían cumplido en gran medida. Ahora quien lleva la dirección de la negociación es la parlamentaria andaluza Marta Bosquet, que da por ejecutado más de dos tercios de la batería de propuestas “naranjas”.
Pero si aquí no se prevén novedades, y como hemos señalado, la izquierda votará en contra y Ciudadanos a favor tras acordar con el PP algunas cuestiones, lo más sorprendente es la respuesta de los almerienses a la invitación hecha para participar en ellos.
Se puede discutir sobre el modo y manera en que el PP, como gobierno municipal, ha puesto en marcha un sistema de participación ciudadana en los presupuestos, pero lo incuestionable es la escasísima respuesta de los vecinos.
Que de los alrededor de 180.000 habitantes que tiene la capital, solo 132 hayan hecho alguna propuesta es un reflejo del nulo interés por este tema. Si a eso le añadimos que, según lo explicado por la concejala María Vázquez, la inmensa mayoría se refieren a pequeñas actuaciones –arreglos de calles o parques, mobiliario urbano…- y que otras tienen que ver con otras administraciones –lo cual el ciudadano ignora y por eso lo reclama al Ayuntamiento- pues no puede decirse que haya una contestación grande a la gestión del Partido Popular.
Que de los alrededor de 180.000 habitantes que tiene la capital, solo 132 hayan hecho alguna propuesta es un reflejo del nulo interés por este tema
Al final todo parece un teatrillo. Cada actor va a interpretar su papel… el PP se desempeñará como gestor sensato… Ciudadanos como el colaborador necesario para reconducir la deriva de la ciudad… y PSOE e IU como la voz de los barrios olvidados, de la gente sin recursos… y de vez en cuando, como una especie de subtrama, no faltará el enfrentamiento entre administraciones cada vez que haga falta… y todo esto cuando los interesados no llegan al centenar y medio.
La ciudadanía anda cansada de lo mismo. Unos dicen que bajan impuestos, otros responden que no es verdad, unos afirman que suben el gasto social, otros contestan que se ha bajado, unos que los servicios concesionados ahorran dinero, otros que salen más caros, unos que los inmuebles concesionados generan riqueza, otros que se malbaratan espacios públicos…
En fin, cansino-cansino… como para un Max no da.