El consejero de
Sanidad,
Presidencia y
Emergencias de la
Junta de
Andalucía,
Antonio
Sanz, anunció la decisión de mantener activa la vigilancia de los mosquitos vectores de la fiebre del
Nilo
Occidental durante los meses invernales. Esta medida de refuerzo del compromiso de la
Junta con la detección temprana y la anticipación ante posibles escenarios epidemiológicos implicará la distribución de 44 trampas a lo largo de las ocho provincias andaluzas, incluyendo la provincia de
Almería.
La red andaluza de vigilancia entomológica, impulsada por la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica, se considera una herramienta esencial para identificar la circulación del virus y estimar la densidad del vector. Esto permite orientar con precisión la toma de decisiones sanitarias para prevenir la transmisión a la población. El consejero repasó que, a lo largo del año 2025, se han notificado cuatro casos humanos de Fiebre del Nilo Occidental en Andalucía, de los cuales tres han sido confirmados y uno quedó clasificado como probable. En paralelo, el sistema de vigilancia integrada detectó circulación viral en más de 60 trampas de mosquitos adultos, así como siete casos positivos en équidos y tres en aves, afortunadamente sin que se haya producido ningún fallecimiento este año. El consejero expresó su gratitud a los integrantes del sistema de vigilancia integrada, en el que participan las diputaciones provinciales, la Estación Biológica de Doñana-(CSIC) y la Consejería de Agricultura.
El titular de Sanidad explicó que una de las características más significativas de esta temporada ha sido el retraso y el aumento en la intensidad de la circulación viral, concentrándose la actividad a partir de mediados de octubre, a diferencia de años previos donde el virus se registraba predominantemente en verano. Este cambio en el patrón, asociado a la prolongación de temperaturas elevadas durante el otoño e incluso el invierno por el cambio climático, obliga a no considerar esta enfermedad como un problema exclusivamente estacional y subraya la necesidad de ampliar el conocimiento del vector y del agente patógeno más allá de los meses cálidos.
Ante la necesidad de estudiar el comportamiento del mosquito y del agente patógeno durante el invierno para poder anticipar la situación epidemiológica del próximo año, la Consejería ha decidido reforzar la vigilancia preventiva, ampliando el dispositivo operativo que habitualmente funcionaba entre mayo y noviembre. Aunque a principios de diciembre salieron de la situación de alerta los dos últimos municipios clasificados como ‘áreas en alerta’ (Almensilla y Aznalcázar, ambos en Sevilla), según el Programa de Vigilancia y Control Integral de Vectores de la Fiebre del Nilo Occidental, resulta imprescindible esta ampliación.
Antonio Sanz detalló que la empresa pública Tragsatec ha recibido el encargo de mantener un muestreo quincenal en 38 puntos distribuidos por todas las provincias andaluzas, priorizando los municipios previamente clasificados como alerta y configurando, además, una red centinela basada en los resultados de la temporada anterior. De esta manera, se establecerá un número variable de trampas por provincia, siendo tres las previstas para Granada, donde no se detectó circulación viral este año, y diez para Sevilla, la provincia con mayor actividad. A estas 38 trampas dependientes de la Consejería se sumarán seis trampas del Servicio de Control de Mosquitos de la Diputación de Huelva, sumando un total de 44 trampas en el conjunto de la Comunidad Autónoma.
El análisis de los datos que se recojan durante esta fase invernal tendrá como objetivo la mejora del Programa andaluz de vigilancia y control, buscando reducir al mínimo el riesgo de infección para la población. El consejero indicó que los informes de densidad de mosquitos y detección viral pasarán a tener periodicidad quincenal y estarán disponibles para su consulta en la web de la Consejería de Sanidad, Presidencia y Emergencias.